Nada más confirmarse que el centro-derecha sumará por primera vez mayoría absoluta en el salón de plenos del Consistorio gijonés, la líder del Partido Popular, Pilar Fernández Pardo, compareció ante un auditorio cariacontecido por el descalabro sufrido por su formación, que pierde siete ediles y se queda con sólo cinco, pero con la incertidumbre de saber cómo se repartirá ahora el poder local. «Nuestro partido va a colaborar en la gobernabilidad de la ciudad para poner fin de una vez al régimen socialista gijonés», aseveró ayer la diputada nacional, que atribuyó parte de la derrota de las izquierdas «al trabajo que hemos hecho todo este tiempo desde la oposición».

Aunque Fernández Pardo no quiso aclarar si pactará con Foro Asturias, sí adelantó que «antepondré los intereses de los gijoneses por encima de los personales y de los de nuestro partido». «¡Por fin se acaba el poder socialista en Gijón!», gritó por segunda vez ante la militancia, que la recibió con una larga ovación. Después, agradeció a todos los presentes «la colaboración prestada» y se felicitó por la victoria de su formación a nivel nacional y por la alta participación registrada a nivel local y regional.

A pesar del fuerte retroceso sufrido por el PP en Gijón, que va en consonancia con el cosechado en Asturias, pero que contrasta con la fuerte subida experimentada por el partido en el resto de España, Pilar Fernández Pardo tiene ahora en sus manos la llave de la Alcaldía. La fuerte irrupción de Foro Asturias en el Consistorio, que llega a los nueve ediles, y el bajón del PSOE de 13 a 10, le otorgan a la líder popular la posibilidad de convertir a Carmen Moriyón en la primera alcaldesa no socialista de la reciente historia democrática. «Los ciudadanos nos han dejado claro que quieren un cambio y tenemos que escuchar lo que nos han dicho los ciudadanos», dijo durante su intervención en el cuartel general que habían montado sus afiliados en un hotel de la ribera del Piles. Aunque no quiso aclarar si iniciará conversaciones para llegar a un pacto de centro-derecha, advirtió que «escucharemos lo que han dicho las urnas».

En este sentido, señaló que «por el momento no puedo adelantar nada más, pero parece que hay un mandato claro». Después, los asistentes la agasajaron con abrazos y besos, aunque fueron incapaces de disimular en sus rostros la frustración que les provocaba haber pasado a ser la tercer fuerza municipal, tras haber pasado del mejor resultado de su historia, conseguido en 2007, al peor. «Por lo menos, sabemos que el PSOE no gobernará más tiempo», comentaban varios de los interventores, que daban por hecho que Santiago Martínez Argüelles no retendrá el bastón de mando para el PSOE cuatro años más y no podrá suceder en el cargo a Paz Fernández Felgueroso, que dejará el cargo tras tres mandatos.