Francisco GARCÍA

Por primera vez desde 1979, las fuerzas políticas de izquierdas no obtienen la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Gijón. La del PSOE, con el 31,5 por ciento de los escrutinios a su favor, fue de nuevo la lista más votada por los gijoneses, pero los diez concejales obtenidos por la candidatura que encabeza Santiago Martínez Argüelles, más los tres que alcanzó IU, se quedan a uno de la posibilidad de formar gobierno. PSOE y su socio no podrán reeditar, por tanto, la coalición del último mandato. Después de ocho elecciones municipales victoriosas, a la novena fue la vencida. Gijón pidió cambió y viró a la derecha.

La noticia de la noche fue, sin duda, la espectacular irrupción de Foro Asturias en el Ayuntamiento gijonés. La lista que encabeza Carmen Moriyón, una desconocida en el ámbito de la política pero con un buen cartel profesional, consiguió nueve concejales, cuatro más que el PP de Pilar Fernández Pardo, la gran derrotada de la noche, junto con Martínez Argüelles, que perdió tres ediles respecto a los comicios de 2007. Para Fernández Pardo aún fue peor: los 12 concejales obtenidos hace cuatro años se quedaron ayer en sólo cinco.

Moriyón superó las mejores previsiones de las encuestas para FAC. Consiguió unos resultados impensables para una formación política con apenas tres meses de vida. La sede de campaña de Foro Asturias en Gijón era ayer una fiesta, donde resultaba difícil contener la euforia de los militantes. Una euforia que estalló cuando, cerca de las once de la noche, se conoció que el partido de Cascos obtenía el noveno concejal en Gijón, contra todo pronóstico y rompiendo todos los registros.

Lo contrario que en las sedes socialista y popular, donde las caras largas e incluso las lágrimas afloraron con frecuencia. En el cuartel de los socialistas una de las palabras más repetidas era «debacle». Un dirigente local, que prefirió mantener el anonimato, declaró anoche a este periódico, en un tono muy crítico, que el partido había sido «derrotado y humillado por una candidatura encabezada por una desconocida», en alusión a Carmen Moriyón. Y reclamaba «una necesaria autocrítica». Martínez Argüelles asumió el «mensaje complejo» de la ciudadanía». Y llamó a los socialistas a trabajar. «Ahora, más que nunca», sentenció el candidato derrotado.

En el hotel en el que el PP refugió a sus líderes locales durante las horas del recuento, la sensación era también de derrota. Una mezcla de decepción, por la enorme pérdida de apoyos que fueron a parar a Foro Asturias, y también de incertidumbre de cara a los próximos días, a sabiendas que el PP podría gobernar el Ayuntamiento de Gijón junto con los concejales de Moriyón, en una amplia mayoría de la derecha. Pero nadie sabe en qué condiciones. Comienzan las cábalas, aunque Fernández Pardo ya tendió a medianoche su mano a Foro «para acabar con el régimen socialista». En palabras de la líder de los populares gijoneses, su partido «antepondrá los intereses de los ciudadanos por encima de los personales» para que gobierne Gijón «una mayoría distinta».

Fue una nerviosa tarde-noche de recuento en los cuarteles generales de los cuatro partidos que estarán representados en el Ayuntamiento durante el próximo cuatrienio, con datos iniciales que anunciaban una nueva mayoría de izquierdas (PSOE +IU), que sumaban 14 de los 27 escaños municipales. Pero los datos empezaron a torcerse para los socialistas a partir del 25% del voto escrutado, cuando los apoyos de FAC y PP juntos superaban a los de sus rivales de izquierda. Hasta entonces, Santiago Martínez Argüelles, que se incorporó al equipo socialista en el mandato recién concluido como concejal de Hacienda, parecía tener todas las papeletas para suceder a Paz Fernández Felgueroso al frente de la Alcaldía de Gijón. Ahora parece más factible que a Felgueroso la sustituya otra mujer.

Tres factores parecen haber confluido en la notable pérdida de apoyos del PSOE local: la cercanía del «caso Marea», la fuerte crisis económica, que ha pasado factura a los socialistas incluso en sus feudos más tradicionales, y el lógico desgaste de ocho mandatos y más de tres décadas de hegemonía socialista en Gijón. Arranca una nueva época que empieza por recomponer una derecha llena de cicatrices. Moriyón, muy discreta en la victoria, como durante toda la campaña electoral, no quiso aventurar anoche pactos. Ni se ve, todavía, como alcaldesa de Gijón. Sólo «como una hormiga más de este cambio», dijo.