El Ayuntamiento aún no ha tomado ninguna decisión acerca del desmantelamiento de los edificios de Mina La Camocha. Ni piensa tomarla, dicen, hasta no conocer en detalle las razones por las que algunos colectivos están llevando a cabo una defensa de un conjunto minero que ya está en el punto de mira de las autoridades judiciales y las empresas privadas para sacarle rendimiento con su conversión en chatarra. Rafael Felgueroso, portavoz de la Junta de Gobierno y concejal de Seguridad Ciudadana, mostró ayer la disposición del equipo de gobierno a reunirse con «todos los colectivos» interesados con el objetivo de «valorar las ideas que cada uno tiene y después tomar la decisión oportuna». Miembros del gobierno local ya han escuchado el planteamiento que le trasladaron sindicatos y ahora es el Colectivo para la Defensa del Patrimonio el que pide una reunión.

El futuro del complejo minero- industrial está en el aire. Doce empresas han presentado ofertas ante el Juzgado mercantil que supervisa la liquidación de la mina para desmantelar y convertir en chatarra buena parte de sus instalaciones. Los sindicatos, el Colectivo para la Defensa del Patrimonio Industrial y las asociaciones vecinales de Vega y La Camocha luchan contra este desenlace y defienden que se realice un estudio para decidir sobre la conservación de los vestigios de una explotación emblemática para la minería asturiana y para el movimiento obrero.

Desde la Asociación de Vecinos «San Emiliano» de Vega se va más allá, al asegurar que cualquier derribo sería ilegal, debido a que el catálogo urbanístico del Ayuntamiento establece que para desarrollar el área de Mina La Camocha se debe elaborar un plan especial, en el que se determine qué instalaciones pueden demolerse. «El Ayuntamiento no debería de autorizar nada mientras no esté redactado y aprobado el plan especial, dado que está obligado a velar por el cumplimiento de la legalidad urbanística», señalaron ayer portavoces vecinales de Vega. La Asociación «San Emiliano» ya remitió en mayo un escrito al Ayuntamiento en este mismo sentido.

Pese a la carencia de ese plan especial, los administradores concursales han pedido ofertas para hacer los derribos y aprovechar la chatarra de las instalaciones. Las empresas que se han presentado pujan por todos los edificios en torno al pozo número dos (incluyendo un castillete), salvo una chimenea y también destacadas instalaciones en torno al castillete del pozo número tres, como el lavadero, cintas transportadoras, tolvas y silos, entre otros.