Presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (COGITI)

C. JIMÉNEZ

Desde su acceso al cargo de presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial, el pasado mes de marzo, José Antonio Galdón no ha hecho más que reclamar, junto a su equipo, lo que considera «es de justicia» para la profesión. Por un lado, es partidario del reconocimiento automático del título de grado a los ingenieros técnicos industriales en ejercicio y, por otro, promueve toda una serie de acciones encaminadas a poner en valor una titulación universitaria que, a su juicio, está resistiendo mejor la crisis que otros sectores. Ayer participó en Gijón en los encuentros de los ingenieros técnicos industriales que se celebran en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA).

-¿Está de acuerdo con el curso de adaptación al grado que se ha planteado para los profesionales de la ingeniería técnica?

-Ahora mismo es un disparate total la gran variedad de criterios que están utilizando las universidades para una misma profesión. En todo el territorio nacional hay diferentes pautas, desde los cursos de adaptación de 36 créditos más 12 de proyecto fin de grado hasta escuelas donde se ha programado con 96 créditos. Nosotros estamos pidiendo que haya una sintonía total en todas las escuelas y el reconocimiento de la experiencia profesional. No puede ser que un ingeniero técnico industrial de Murcia sea totalmente diferente del de Gijón.

-¿Tiene sentido que un ingeniero técnico con una trayectoria profesional reconocida vuelva a pasar por la Universidad?

-Nosotros proponemos que la obtención del título de grado sea por el reconocimiento de una experiencia profesional de 3 a 5 años. Creemos que es tiempo suficiente y ahí hay sentencias europeas que lo avalan porque lo que buscamos es la eficacia de los ingenieros. Si tienen que añadir un curso más a la formación que ya tienen es mejor que empleen ese tiempo y esos recursos en un máster o en un curso más específico para su desarrollo profesional. Ése es otro de los principios de ineficacia del sistema. Y luego tenemos el problema de que las universidades públicas no pueden absorber ahora mismo la demanda que hay para los cursos de adaptación al grado.

-¿Se han desbordado las matrículas?

-Exacto. Nosotros estamos hablando que las universidades públicas no cubren ni el 5% de la demanda. Para los ingenieros técnicos, que destacamos por la formación continua y la visión de futuro, no es admisible que se nos obligue a cursar 96 créditos, con cerca de año y medio de formación.

-¿Qué solución proponen?

-A través del Grupo parlamentario Popular se presentará una proposición no de ley en el Congreso en la que se pide una especie de proceso de transición que permita a través de una experiencia profesional de tres a cinco años el reconocimiento automático del título de grado. No podemos estar limitados a la libertad de criterio de cada Universidad. Y queremos que los grupos políticos se retraten para ver si coinciden o no con nuestra demanda.

-A la vista de lo expuesto, parece que «Bolonia» ha sido el gran fracaso para la ingeniería técnica industrial.

-No en su totalidad porque para nosotros representa algo bueno: la desaparición de los dos niveles existentes hasta ahora en la ingeniería; pero estamos en desacuerdo en la forma en que se está llevando a cabo el cambio, por la disparidad de criterios y diferencias en su aplicación. En realidad, «Bolonia» es un proceso positivo porque abre puertas a Europa.

-Tanto que ahora sus ingenieros que están marchando a Alemania.

-Nos hemos reunido con el director de la Cámara de Comercio de Alemania para ver la manera de colaborar, pero no sólo en el sentido de que nuestros ingenieros vayan allí sino que las empresas alemanas también vengan a España. En una encuesta que enviamos a los colegiados se detectó que del 10 por ciento de parados que existe en la ingeniería técnica industrial, un tercio estaría interesado en irse a Alemania. Para ello, un problema bastante serio que tenemos es el del idioma. Y eso es importante porque en Alemania el perfil más demandado es el de ingeniero técnico industrial.

-¿Qué alternativas encuentran los ingenieros que optan por salir al extranjero?

-En España carecemos de centros de investigación y desarrollo y nuevas tecnologías y queremos que nuestros titulados puedan encontrar también aquí una salida laboral. No queremos únicamente que se desplacen fuera. Es bueno que salgan al exterior. De hecho, hemos lanzado encuestas para que la Cámara de Comercio Alemana nos traslade las ofertas que hay en ese país y ver qué formación necesitan los ingenieros para irse. Para la ingeniería, Alemania es la referencia tecnológica y un ejemplo de pragmatismo en su funcionamiento. Por eso, representa el espejo en el que mirarnos.

-¿El hecho de que se haya impuesto grados especialistas y másteres generalistas les perjudica?

-Toda la oferta profesional es de un ingeniero multidisciplinar. La industria española es pequeña y precisa de ingenieros generalistas que sepan de todo. Tenemos constatado que un 62% de nuestros titulados acaba trabajando en otra especialidad que no es la suya. Al final estamos destrozando ese recurso al hacer grados especialistas. La lógica no es ésa. Para otras cosas estarían los másteres.

-¿Cómo está respondiendo la profesión a la situación económica actual?

-La nuestra sigue siendo una de las titulaciones más demandas del mercado laboral. Además, hemos detectado que el ingreso de alumnos de grado ha crecido porque se han dado cuenta de que tienen muchas salidas profesionales. Dentro de lo malo, nuestros datos de desempleo son relativamente buenos: de un paro testimonial en torno al 2,5% hemos pasado a un 8% o un 9% en la actualidad.

-¿Qué proyectos tienen en marcha desde la nueva junta directiva del Consejo?

-Estamos trabajando en un sistema de acreditación profesional que recoja la experiencia laboral y formación continua de nuestros titulados, para que se les reconozca su preparación y la sociedad pueda disponer de los mejores profesionales.

-¿Cómo ha afectado la supresión del visado obligatorio a los colegios profesionales?

-A causa de la crisis estamos detectando que se registran menos visados y también problemas de intrusismo y mala praxis, con falsificaciones de firmas en algunos proyectos, poniendo en peligro a la sociedad y al usuario. Para ello estamos adoptando medidas para que desde la Administración se puedan detectar éstas y otras incidencias.

-¿Cuál es el impacto de la Transposición de la Directiva de Servicios sobre las profesiones colegiadas?

-Si nos quitaran la colegiación obligatoria, que está pendiente de confirmar, perderíamos la representación profesional que tenemos los ingenieros técnicos industriales y también el carácter proteccionista que los colegios tienen sobre los titulados y la sociedad en general.

José Antonio Galdón Ruiz

Murciano de 36 años, José Antonio Galdón accedió el pasado mes de marzo al cargo de presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (COGITI), una entidad que representa a 93.000 profesionales en toda España. Galdón es el ingeniero técnico industrial más joven en este puesto. Desde 2007 y hasta su elección como presidente del Consejo era decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Murcia. Antes había sido funcionario en el Ayuntamiento de Yecla.