C. JIMÉNEZ

«Contra el cambio climático, no vale la misma receta para un país pobre que para un país rico». Por ello, el director científico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el físico y periodista Manuel Toharia, defendió ayer la necesidad de priorizar los problemas de carácter geopolítico y demográfico sobre los conflictos ambientales. A su juicio, el principal drama asociado al cambio climático es que los ricos serán cada vez más ricos, y los pobres, cada vez más pobres. Al respecto, el divulgador científico, que tomó parte en una jornada sobre medio ambiente y cambio climático organizada por la Cátedra Telefónica de la Universidad de Oviedo, indicó que es necesario potenciar las actuaciones locales, pero sin prescindir de los más desfavorecidos, «porque representan seis séptimas partes de la humanidad». No obstante, sí reconoció la necesidad de atajar el «consumismo ciego» y el «despilfarro de bienes y servicios no renovables». En esa labor, indicó que las tecnologías de la información y la comunicación jugarán un papel importante en el futuro más próximo. «Tengo una enorme esperanza sobre las TIC. Son un elemento auxiliar de extraordinario valor que todavía no sabemos utilizar eficazmente», señaló.

Según Toharia, lo importante a medio plazo no es que suba el nivel del mar, ni la velocidad del cambio climático. Es más, asegura que no está claro que «lo que ahora tenemos sea el clima bueno y lo que venga después no sea bueno», porque los modelos actuales de predicción tienen un margen de incertidumbre infinito. «Los métodos son pobres y tienen enormes errores», subrayó durante su intervención. Con temperaturas estancadas desde hace más de una década y ante la ausencia de observatorios que ofrezcan datos fiables en las predicciones climáticas en todos los puntos del planeta, Toharia prioriza la necesidad de atajar el «serio problema» que representa la contaminación derivada del uso de combustibles fósiles que deriva en una «penosa ineficiencia energética», con ejemplos como el del motor de gasolina, cuya eficiencia ronda sólo el 30% y los mejores diésel, que no pasan del 40%.

Así las cosas, según Toharia, «globalmente hablando» lo más eficiente sería el motor eléctrico, que en sí mismo «es un chollo, pero no tanto por el sistema de recarga que necesita», pues habría que contabilizar la huella ecológica de producir esa energía eléctrica. En este punto, el periodista concretó que el apoyo a la investigación es ahora más necesario que nunca para lograr modelos de producción energética sostenibles. «No está tan lejano el tiempo en que la gente moría como consecuencia de la contaminación», remarcó y pese a que el cambio climático «es percibido de manera mítica» por gran parte de la población, aconseja rebajar la actual dependencia de los combustibles fósiles. En cualquier caso, Manuel Toharia sostiene que la próxima Conferencia de Naciones Unidas contra el Cambio Climático, que se celebrará en Durban, «será un fracaso» mientras se mantengan acuciantes diferencias de carácter socioeconómico como la de Kenia, donde existe un grifo de agua potable por cada 30.000 habitantes. «Me molesta que se haya convertido en moda hablar de CO2 y cambio climático», argumenta el divulgador y periodista, quien no duda en aceptar la crítica de que «estamos cambiando el clima, pero también la tierra está cambiando». Su reflexión final no deja indiferente a nadie: «El problema es que somos demasiado ricos y no ayudamos a que los pobres dejen de ser miserables».