M. C.

La central térmica de Aboño es una de las industrias más contaminantes de Europa, según el último informe elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, que estima que las emisiones contaminantes de esta central energética en el año 2009 han acarreado unos costes a los ciudadanos de entre 242 y 326 millones de euros, asociados a la mortalidad o a gastos sanitarios y también por los daños al medio ambiente.

El informe «Revealing the costs of air pollution from industrial facilities in Europe» se ha hecho calculando los costes sanitarios para modificar el riesgo de muerte de las personas, asociado a la contaminación industrial, y también el valor de cada año de vida perdido por fallecimiento causado por la polución. El primer método de cálculo es el que arroja los 326 millones de euros y el segundo los 242 citados para la térmica de Aboño.

La térmica de HC Energía en Gijón ocupa el número 70 en la lista de industrias más contaminantes de Europa, con la emisión, en 2009, de 5,71 millones de toneladas de CO2, 8.120 toneladas de óxidos de nitrógeno, 5.820 toneladas de óxidos de azufre y 233 toneladas de partículas menores de diez micras. La planta de Arcelor en Avilés ocupa el puesto 83 en esta lista. La única industria española que ensucia más que la de Aboño es la térmica de Carboneras (Almería), en el puesto 57. La térmica de As Pontes (La Coruña) completa el grupo de industrias españolas entre el centenar más contaminante de Europa (puesto 83).

La Agencia Europea de Medio Ambiente emitió ayer un comunicado en el que cifra entre 102.000 y 169.000 millones de euros el coste para los ciudadanos de la contaminación atmosférica procedente de los 10.000 complejos contaminantes más grandes de Europa, la mitad de los cuales provocados por solo 191 industrias.

Por lo que respecta a España, la contaminación industrial le ocasiona costes entre 6.451 millones y 10.182 millones de euros al año en daños a la salud. Alemania, Polonia, Reino Unido, Francia e Italia, donde se localiza un mayor número de grandes plantas industriales, son los países que más contaminan. No obstante, si se tiene en cuenta la productividad, las emisiones de Bulgaria, Rumanía, Estonia, Polonia y República Checa resultan más importantes.

El control de la contaminación atmosférica se ha convertido en uno de los caballos de batalla del gobierno municipal gijonés, cuya alcaldesa, Carmen Moriyón, indicó el pasado miércoles que antes de que concluya el año el Ayuntamiento adjudicará a una empresa un inventario de las emisiones de partículas contaminantes a la atmósfera.