C. J.

El director de la Fundación Municipal de Cultura, Xosé Nel Riesgo, confirmó ayer la intención del equipo de gobierno de renovar su compromiso con el proyecto de la antigua fábrica de Tabacalera de Cimadevilla que ha enlazado sucesivas campañas arqueológicas con importantes hallazgos de por medio. Según Riesgo «todavía queda por dar mucho de sí» a la historia de la arqueología, justificando así las elevadas expectativas del Ayuntamiento con el resultado de los trabajos desarrollados en este emblemático espacio del barrio alto.

Todo comenzó cuando en 1993 se realizó una «infructuosa» excavación en la plaza de Arturo Arias, anexa al convento. En posteriores sondeos en el edificio, y cuando prácticamente ya casi se daba por finalizada la intervención, «para sorpresa de todos» aparecieron dos elementos fundamentales en este conjunto: el pozo y los restos romanos del depósito, cuenta Carmen Fernández Ochoa. Almudena Orejas, coordinadora del proyecto «Consolider» impulsado desde el CSIC y vinculado a las excavaciones de Tabacalera, destaca la «fructífera» colaboración de expertos de diferentes disciplinas que se ha conseguido a lo largo de los últimos cuatro años para desentrañar la historia del edificio y, por ende, de la ciudad de Gijón. Entre otros frutos, se han recuperado elementos «relativamente infrecuentes» en este tipo de proyectos: suelas de zapato, muebles o utensilios del hogar que son «continuidad de producciones romanas pero que corresponden a un período más avanzado». José Antonio Suárez, profesor de la Universidad de Oviedo, cuenta cómo se emplearon novedosas técnicas topográficas en esos hallazgos: «Se trata de una tecnología que nos permite un modelado digital del entorno». El hallazgo de unos enterramientos con seis individuos en total hace pensar a los investigadores en la posibilidad de que pudiera existir una necrópolis ajena al convento.