R. GARCÍA

La crisis económica ha vuelto a aumentar el trabajo al que se deben enfrentar cada día los jueces de la ciudad. En esta ocasión la estadística golpea a las salas de familia. Según los últimos datos ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial, las separaciones en las que los dos ciudadanos que se van a divorciar no llegan a ningún tipo de acuerdo, aquéllas en las que tiene que ser el magistrado el que decida en lugar de los ciudadanos, suponen ya un 30 por ciento de los casos.

Las cifras hablan por sí mismas. En el segundo trimestre de este año (entre los meses de abril y junio) se divorciaron en Gijón 222 parejas. En 81 de estos matrimonios -el 36,49 por ciento del total- el juez de familia encargado del caso tuvo que decidir por los contrayentes después de que éstos no llegaran a un acuerdo en lo que respecta a la custodia de sus hijos o a las pensiones alimenticias, por ejemplo. El elevado número de este tipo de casos no es exclusivo de Gijón. En total, en Asturias se produjeron durante el segundo trimestre de este año 756 divorcios. Cuatro de cada diez matrimonios precisaron la mediación de un juez para solucionar sus problemas conyugales una vez rota la convivencia.

Los abogados expertos en el campo de familia de Gijón aseguran que el elevado dato en lo que a divorcios no consensuados se refiere es consecuencia de la crisis económica. La mala situación financiera que atraviesan muchas familias en la ciudad «hace que no haya recursos que repartir y que los dos ciudadanos se peleen hasta por el último céntimo que tenían en común». De esta manera, el reparto de los bienes comunes o la cantidad que uno de los progenitores le debe dar al otro en concepto de pensión se han convertido en un tema polémicos en las salas judiciales. La litigiosidad en el campo de la familia continúa aumentando cada mes. Según los letrados gijoneses consultados por este periódico, la tendencia viene repitiéndose desde que se desencadenó la crisis económica.

Desde hace más de un año el juzgado de primera instancia número 8 de Gijón lleva a cabo un programa piloto para la resolución extrajudicial de conflictos mediante el trabajo de los mediadores de familia.