A. RUBIERA

En Pumarín sobran corazones, así que los van a donar al Hospital de Cabueñes, como apoyo simbólico y efectivo contra los malestares que provocan las operaciones de cáncer de mama. Lo de los corazones no es una metáfora, es la forma real que tienen las decenas de cojines que se han hecho con fines solidarios gracias al impulso de María Angélica Miras y Pilar Díaz. Ambas son las propietarias de La Casita de Sue, una tienda taller de patchwork -un tipo de confección con retales-, ubicada en la calle Río Eo, que un día, brujuleando en internet buscando nuevos patrones con los que sorprender a sus alumnas y a las clientas, se encontraron con una iniciativa solidaria que les encantó porque «está cargada de generosidad y de emoción», dicen.

Encontraron un blog donde se explicaba la historia de una enfermera de EE UU a la que se le diagnosticó un cáncer de mama, y a quien sus tías le cosieron una almohada con forma de corazón que se adaptaba perfectamente a su brazo y su axila, resultándole muy útil para reducir el dolor de las cicatrices, además de proteger el brazo y ayudar al descanso. Vista la eficacia, una vez recuperada de la intervención, la enfermera introdujo el sistema de la almohada en su hospital, y poco a poco la iniciativa llegó a Europa y a diferentes hospitales del mundo.

«La historia nos gustó muchísimo y la idea nos pareció preciosa. Vimos que también en España había réplicas de esa iniciativa, concretamente a través de una asociación con sede en Mallorca, y pensamos en hacer esos cojines en nuestros talleres con las alumnas, porque son muy fáciles, para mandárselos. Pero al final pensamos que podíamos hacer esa donación al Hospital de Cabueñes, y en ello estamos», explica María Miras, que en seguida puntualiza que con esta iniciativa ni buscan clientas ni alumnas para su taller, de ahí que las dos promotoras gijonesas sean reacias a concederse la autoría del proyecto. «Sólo somos el punto de recogida de cojines, para luego mandarlos a Cabueñes, a Oviedo o a donde sea. Y nos ofrecemos para dar a quien quiera patrones del cojín, para que se hagan cuantos más mejor», cuenta María Miras. De hecho, persona que entra en la tienda es difícil que se marche sin un patrón de corazón en el bolso, para que se ponga a coser con fines solidarios.

«Lo único que nos gustaría es transmitir el mensaje y que llegue a mucha gente de toda Asturias, para que cualquier persona que pueda estar interesada en hacer un cojín se ponga a ello; nosotros nos ofrecemos a llevarlos todos a los hospitales de una forma organizada. Regalamos los patrones, o decimos a la gente dónde buscarlo en internet, y explicamos cómo hacer el cojín sin ningún interés que no sea el de dar ese apoyo a la causa del cáncer de mama», cuenta María Miras.

Tampoco tienen inconveniente, si se da el caso, en regalar los 160 gramos de «floca» (nombre que recibe el relleno sintético de estas manualidades) necesarios para hacer los cojines, cuyo precio es irrisorio. «Para la tela vale cualquiera con tal de que sea suavecita. Mejor evitar la tela vaquera y los linos», apunta María. El resultado son unos cojines «superbonitos», donde cuenta la imaginación de cada artesana y su sensibilidad, no sólo en la elaboración de la almohada, también en los mensajes con los que las acompañan. María, por ejemplo, es la autora de un cojín de color rosa, que lleva bordada la frase de una canción de Bebe: «Hoy vas a conseguir reírte hasta de ti y ver que lo has logrado...».

Porque, de una u otra manera, cada mujer deja un mensaje en su pieza, de forma que no sólo se piensa que tenga un beneficio por el alivio físico que aporta, sino que «pensamos que a la persona enferma que lo reciba le va a prestar saber que alguien, en Gijón, hizo eso para ella y pensando en ayudarla a su recuperación. Es como un mensaje de ánimo». Y ese mensaje lo han cosido, incluso, mujeres con el mismo padecimiento de cáncer de mama, agrupadas en la Casa de la Vida de la asociación Bruno Salvadori del Club de los Leones, «que nos han traído dos sacos llenos de cojines», cuenta María Miras. Se da la circunstancia de que la asociación mallorquina que ha introducido en España esta iniciativa de los cojines solidarios, agrupada bajo el nombre de Un Lazo en Movimiento, tuvo hace pocos meses un acercamiento a Gijón -debido a que uno de sus miembros es asturiano-, y el pasado mes de abril llevó a cabo una donación de 40 cojines al Hospital de Jove. Ahora más corazones, esta vez desde Pumarín, aunque procedentes de todas partes de Gijón, llegarán a otras mujeres.