Pablo TUÑÓN

Don Pelayo ya ejerce de patrón del Antroxu 2012. El disfraz que le enfundaron, de capitán de navío, fue la guinda de la jornada de inauguración de la fiesta carnavalera. Previamente, Agustín Fernández, cantante de un casino de Las Vegas nacido en la Cuenca, leyó un pregón entre la comedia y la nostalgia, tras haber revolucionado las calles del centro con sus «gamberradas» los personajes de las «mazcaraes d'inviernu».

A las 19.00 horas la Banda de Música de Gijón ya calentaba el ambiente de un tarde fría con un recital en la plaza de Italia. Poco después, dos mascaradas preparaban su salida de Begoña. «Os Reises» llegaron del concejo de Allande con la intención de «liarla» en la urbe, un propósito similar al de «Los Sidros y la Comedia», de Valdesoto. Desfilaron juntos, asustando a niños y acorralando y acosando a hombres y mujeres. Los Sidros, que cubrían su cabeza con pelo de oveja, brincaban sobre largos bastones y corrían persiguiendo a niños. Antón de la Iglesia, de 7 años, tentaba a la suerte acercándose a ellos y terminaba huyendo. «Tengo miedo», reconocía.

Una vez en la plaza del Marqués, llegó el momento del pregón. Agustín Fernández, con un parecido asombroso al actor Alberto Rodríguez, tomó la palabra flanqueado por la sardina, bautizada como «Marilyn», y Falo, el superhéroe barrigudo. «Muchos me reconoceréis por el doblaje al asturiano de la película francesa para adultos "Enchúfame la goma, butanero"», espetó al comienzo, para luego narrar su vida de artista. «Paso la mayor parte del año a caballo entre Miami y Las Vegas, con un caballo, concretamente una yegua, que me regalara hace tiempo Gabino de Lorenzo, "Yegua Magdalena", que todavía tiene sin pagar», proclamó entre risas. Contó su infancia en Gijón, sus visitas al Alcampo desde las Cuencas y sus salidas nocturnas por Gijón. «La gente no te miraba por encima del hombro como en Oviedo y no hacía falta vestirse como si fueras a los premios "Príncipe"», explicó. Narró su relación con Sinatra, sportinguista como él; dejó un par de «perlitas» dedicadas a Urdangarín y acabó recitando versos. Y destacó la importancia del concurso de charangas, que «está por encima del Carnaval de Río, el de Venecia, el travesti de Santa Cruz o el Festival de Nabos de Morcín».

El pregón dio paso al estruendo de las charangas, que rodearon la fuente de Pelayo y sirvieron los primeros culinos. «De momento se mantiene la tradición, aunque con tantos recortes surgen rumores. Las charangas vamos a seguir tirando de las fiestas», proclamaba entre culín y culín Roberto Cuñarro, de «Los Tardones». «Tenemos muchas ganas de pasarlo bien», señalaba Bea Méndez, que exhibía sus dotes de baile junto con sus compañeras de «Xaréu nel Ñeru». Entretanto, Jorge Ayus, decorador del Jovellanos, colocaba el disfraz a la estatua de Pelayo: un gorro de capitán, el traje y un timón. «Este año el disfraz es más austero, como los tiempos que corren», reconocía Ayus, que lleva diez años encaramándose a lo alto de la fuente. Ayer enfundó a Pelayo el traje de patrón de barco, recordando el Festival Atlántico que el Consistorio quiere celebrar en verano. Pelayo ya se encuentra al timón del Carnaval.