M. CASTRO

La dirección de Arcelor-Mittal Gipuzkoa quiere comerle la tostada al tren de alambrón de Gijón, una de las instalaciones de productos largos de la multinacional en Asturias, cuya viabilidad está analizando la multinacional siderúrgica. La calidad del alambrón que produce la factoría guipuzcoana de Zumárraga es ya suficiente para que pueda asumir la mitad de la producción del tren de Veriña. Ahora, el director ejecutivo de Arcelor-Mittal Gipuzkoa, Gabriel Bernaldo Pellitero, intenta conseguir elevar la calidad de producción en esa factoría vasca para poder arrebatar a Gijón la otra mitad de su producción de alambrón, la destinada al sector del automóvil, el más exigente en cuanto a calidad.

La dirección de la multinacional vincula la continuidad de las instalaciones de productos largos en Asturias (la acería y los trenes de carril y alambrón de Gijón) a un abaratamiento de los costes de producción mediante la eliminación de doscientos puestos de trabajo de los 784 de esas instalaciones y la reducción del rechazo de productos por defectos de fabricación, que a finales de 2011 llegó al 20 por ciento. La reducción de empleos propuesta quiere igualar la plantilla de las instalaciones de largos asturianas con la de las vascas.

El peligro más inmediato es la continuidad del tren de alambrón de Veriña. En los últimos meses, la factoría vasca de Zumárraga ha logrado aumentar la calidad de su producción. De momento, la planta vasca, que fabrica con acero de horno eléctrico (que funde chatarra), ya podría asumir la mitad de la producción del tren de alambrón de Veriña, que suma los medios y altos carbonos (alambrón para clavos y cables, entre otros usos) y en menor medida los pretensados (el acero que se emplea para aumentar la resistencia del hormigón en las obras).

El ejecutivo de las plantas guipuzcoanas está tratando de convencer a la dirección de la multinacional de que Zumárraga también puede producir el alambrón de más alta calidad, el que se emplea para fabricar neumáticos (40 por ciento de la producción del tren de Gijón), y los aceros de estampación (tornillería y piezas para el sector del automóvil, que representa el 10 por ciento restante de Gijón).

El tren de alambrón de Gijón produce a partir de acero elaborado con arrabio de hornos altos (en los que se funde el mineral de hierro con carbón). En el acero producido en hornos altos es más fácil controlar la calidad del producto final. En los hornos eléctricos es más complicado afinar el acero con la precisión suficiente para fabricar productos de gama alta. Eso es así porque las chatarras que se funden suelen contener muchos restos de azufre y otras impurezas, como plásticos.

Sin embargo, ya hay fabricantes europeos que han conseguido colocar en el mercado alambrón de hornos eléctricos para neumáticos de automóviles. Ése es el caso de Global Steel Wire (grupo Celsa, propietario de Trefilería Moreda, entre otras factorías españolas).

El director de Arcelor-Mittal Gipuzkoa, Gabriel Bernaldo Pellitero, conoce bien los procesos de fabricación en las instalaciones de productos largos de Veriña, de las que fue director hasta hace pocos años.

Arcelor ha reestructurado su división de largos en Europa, reservando a las fábricas españolas y del norte de África el suministro a la península Ibérica, Grecia, Italia, Irlanda, Gran Bretaña y países del Magreb. Entre las factorías de este grupo, la única que puede intentar hacerle sombra a Gijón es el tren de alambrón de Zumárraga.

En el Norte, la multinacional va a inaugurar en abril un moderno tren de alambrón en Duisburgo (Alemania) capaz de suministrar las calidades del de Gijón. Arcelor también va a invertir para modernizar la producción de carril en Polonia.