Luján PALACIOS

Ante la crisis, los programadores y distribuidores de teatro llaman a estar más unidos que nunca, con el objetivo de buscar «soluciones comunes e imaginativas» ante la que es «una de las peores situaciones por las que estamos pasando». Ayer, a un día del cierre de Feten, los profesionales del sector se reunieron para debatir acerca de un futuro cada vez más complicado. La caída de las programaciones y los cachés hacen temer a las compañías la vuelta de la gorra, pedir la voluntad después de sus actuaciones.

«A todo llegaremos», vaticinaba Ana Isabel Gallego, presidenta de la asociación Teveo. Ella reclamaba ayer «el compromiso y la unión suficientes como para lanzar una llamada de socorro junto con los distribuidores, que son compañeros y colegas», porque «viendo cómo está la situación, tenemos que hacer algo».

Algunas de las propuestas que barajan los profesionales es la de compartir recursos, dado que existen espacios públicos que no se utilizan. En este sentido, «tenemos que buscar soluciones imaginativas, porque estamos hablando de cultura, ocio y un valor añadido», apuntó Ricard Torrens, vicepresidente de la Asociación de Distribuidores de Espectáculos. «Las artes escénicas son educación y hay que seguir apostando por ellas», coincidió María Ángeles García, programadora, quien señaló que la obligación de los gestores es hacer ver a los políticos «que el teatro para niños es tan importante como los demás».

Depende de la ciudad y del momento, pero en general las programaciones han bajado, «en algunos casos hasta un 50 o incluso un 70 por ciento», indicó Ana Isabel Gallego, y por ello «tenemos que unirnos y luchar en el mismo sentido».