R. VALLE

El culebrón sobre la ubicación de la «Semana negra», en la que viven enredados desde hace días el equipo de gobierno municipal de Foro Asturias y la asociación organizadora del evento cultural y festivo, que cumple este verano sus 25 años de vida en la ciudad, escribía ayer un nuevo capítulo dividido, en esta ocasión, en dos actos. Uno primero que supone el rechazo por parte de la organización de la opción de usar terrenos de la ampliación portuaria de El Musel, como se había sugerido el martes desde el gobierno local, y un segundo donde los responsables de la «Semana negra» plantean al Ayuntamiento la opción de estudiar la viabilidad de su ubicación en los terrenos del cerrado astillero de Naval Gijón. Nadie quiere ser el primero en tirar una toalla que suponga la desaparición de la «Semana negra» del programa festivo gijonés y, con este último movimiento, los organizadores del evento colocan la pelota en el tejado de la decisión municipal.

La jornada «negra» comenzaba con una visita de responsables de la organización del certamen a El Musel en compañía de técnicos portuarios y el edil de Mantenimiento, Manuel Ángel Arrieta. Sin entrar a profundizar en la compleja normativa internacional que protege los espacios portuarios, desde la «Semana negra» se entendió que la zona era inasumible por sus limitaciones técnicas. No hay red de agua, ni de alcantarillado, ni de iluminación; sería necesario vallar todo el perímetro y controlar su seguridad con un gran equipo de personal. A todo ello hay que sumar que los visitantes deberían acceder al recinto ferial en transporte público, ya que está prohibido moverse en vehículo privado por el área. «Desde el punto de vista de la logística era todo un disparate», se indicaba ayer desde la organización de la «Semana negra».

Y fue tras desestimarse la opción de El Musel cuando se planteó, por una parte de la organización del evento, la posibilidad de «estudiar» el terreno de Naval Gijón, que como dominio portuario en desuso tiene menos complicaciones legales que El Musel o la playa de El Arbeyal. Los organizadores ven como bondades de la ubicación un tamaño menor del idóneo para la «Semana negra», pero asumible, y su cercanía a la ciudad, pero sin generar excesivas molestias a los vecinos del entorno, que serían los residentes de Poniente y El Natahoyo. Aún más, tiene hasta el componente romántico que supone un regreso a los primeros años de historia del festival de novela policiaca que a principios de los años noventa del siglo pasado se celebró, durante tres años, en el área de los astilleros de Cantábrico y Riera.

El problema inicial está en averiguar si esta idea va a contar con el apoyo de los propietarios del suelo afectado, que en parte está bajo el control de la Autoridad Portuaria y, en otra, pertenece a la sociedad Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión). Desde la «Semana negra» se ha solicitado al Ayuntamiento que haga las gestiones necesarias para los posibles permisos que avalen su uso. Gestión que no podrá demorarse mucho en el tiempo porque «no podemos ir más allá del lunes o el martes», se explica desde la organización con un calendario de trabajo que urge comenzar.

Naval Gijón ponía punto final en 2009 a su actividad económica como uno de los últimos astilleros de la ciudad, pero su terreno, en el corazón de la fachada marítima de la zona oeste, ha estado desde entonces en el punto de mira de la ciudad como espacio de crecimiento residencial. El último reto es convertirlo en sede de la multitudinaria «Semana negra».