M. SUÁREZ / J. M. CEINOS

«La playa no se toca». La vieja máxima gijonesa referida al arenal de San Lorenzo es la que adoptaron los actuales responsables de la Autoridad Portuaria de Gijón, quienes ayer, en la inauguración de la exposición «San Lorenzo, una playa viva», en el edificio de la antigua fábrica de hielo del muelle, descartaron, por innecesaria, la regeneración del principal arenal del concejo con el aporte de 100.000 metros cúbicos de arena, como se estipula en la declaración de impacto ambiental de las obras de ampliación del puerto exterior de El Musel.

El director general de la Autoridad Portuaria, Julio de la Cueva, a la vista de los resultados de los estudios que a lo largo de los últimos años se realizaron para comprobar la estabilidad de la playa de San Lorenzo, aseguró: «Podemos decir claramente a los gijoneses que su playa no corre peligro alguno, su playa es técnicamente estable, es decir, no hay riesgo de que ningún movimiento de dinámica litoral pueda poner en peligro la estabilidad de la playa, todo lo contrario, hemos podido comprobar que el movimiento que técnicamente decimos de basculamiento o giro previsto del orden de tres o cuatro grados se ha confirmado y la playa no se moverá más».

Por ello, la Autoridad Portuaria estudia solicitar al Gobierno de la nación que «la condición impuesta en la declaración de impacto ambiental fuera levantada», aunque Julio de la Cueva precisó, a renglón seguido, que «no queremos tomar la iniciativa por el momento, simplemente somos transparentes y queremos dar participación a la ciudadanía y que nos diga lo que quiere hacer con su playa, si la quiere regenerar o no. En su caso, veremos si es pertinente, según la respuesta, solicitar una modificación de la declaración de impacto ambiental para que nos libere de la imposición del vertido de arena».

La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, daba ayer por buena la decisión de los nuevos responsables portuarios, al considerar que los informes que apuntan a que no es necesaria la regeneración del arenal de San Lorenzo «los avalan técnicos y catedráticos expertos en la materia». Aun reconociendo que «efectivamente hay disparidad» con los estudios realizados durante el anterior gobierno municipal socialista y que «parecía bastante coherente pensar que, si quitamos tanta arena, tenemos que reponerla», Carmen Moriyón comentó que «desconozco en base a qué informes se hizo eso y ahora los expertos nos dicen que no tendrá (en referencia a la ampliación del puerto) esa influencia que creíamos tan negativa en el arenal».

Según la Alcaldesa, «al mes de llegar al Ayuntamiento, desde la Alcaldía se pidió a la Autoridad Portuaria que todos los informes técnicos se hicieran de forma rigurosa y se expusieran a la ciudadanía, porque el arenal de San Lorenzo es un tema muy sensible y algo muy querido en la ciudad». De ahí la muestra «San Lorenzo, una playa viva», donde «podemos ver cómo se va diseñando el perfil de la arena en función del nuevo dique y cómo va ganando en San Pedro y se va estrechando un poquito en la zona del Piles, aunque entendiéndolo dentro de los movimientos normales de las playas con el oleaje y los temporales», subrayó Carmen Moriyón, quien asistió a la presentación de la citada exposición.

La Alcaldesa destacó también «cómo se aprecian los distintos tipos de arena y las distintas granulometrías», lo que aprovechó para explicar que «si no se encuentra el modelo de arena tipo San Lorenzo poco más podemos hacer. Igual que la pones se va. Y, ante la imposibilidad de encontrar la misma arena, se consulta a los técnicos, que, después de ver la evolución de la playa, aseguran que no es necesario. Uno llevó a lo otro y en ese punto estamos», concluyó la Alcaldesa.

Respecto a los estudios técnicos y el sentir popular, Julio de la Cueva, director general de la Autoridad Portuaria, afirmó que en el Puerto «tenemos la sensación de que los gijoneses no quieren que se realice una aportación de nuevas arenas. La obra de ampliación impuso a la Autoridad Portuaria la obligación de regenerar la playa con cien mil metros cúbicos de arena, y nosotros estamos convencidos de que esa aportación de arena es, en estos momentos, no imprescindible. Por lo tanto, creemos que esa modificación va a suponer un cambio en los cuatro usos que tiene la playa y que cualquier regeneración va a suponer una modificación de los cuatro usos, unos para bien y otros para mal, y entendemos que el pueblo de Gijón no quiere que toquen su playa».

También aseguró Julio de la Cueva que «la playa no ha perdido arena, es estable, y sufre variaciones de dos índoles: una generada por la naturaleza, por el nivel energético que recibe, las calmas versus los temporales, y la playa reacciona moviendo la arena hacia adentro cuando hay temporales, y en épocas de calma la arena se deposita en la zona de arena seca. Y luego hay la otra modificación, que ha sufrido la playa después de hacer la obra de ampliación del puerto, por la modificación del oleaje. El dique abriga más la playa y modificó la dirección del oleaje y esto ha generado lo que llamamos un basculamiento o giro de tres o cuatro grados, es decir, masa de arena de la zona del Piles se ha trasladado hacia la zona de Poniente cercana a San Pedro. Estos son los dos cambios. La superficie de playa apenas ha tenido variación, según lo previsto en los estudios iniciales».

Y concluyó señalando que «la playa no ha perdido arena a pesar de la extracción de arena en la bahía, que tuvo lugar en zonas profundas, pero no son relevantes ni afectan a la estabilidad de la playa».