A. RUBIERA

«No a la ley del 60%»; «Por unas votaciones justas». Ésos eran algunos de los eslóganes que ayer podían leerse en las pancartas que portaban padres de alumnos del Colegio Jacinto Benavente, de Vega, en su marcha de protesta por el entorno del centro. Por tercera semana consecutiva, un grupo de familias deseosas de conseguir que el Colegio de Vega cambie su tradicional jornada partida (de mañana y tarde) por el horario continuado clamaron contra una norma que, según explican, los tiene encorsetados.

En su caso, como centro agrupado -sus alumnos son de la propia parroquia y de otras rurales que se benefician de transporte escolar-, los partidarios de la jornada continuada tienen que luchar con la dificultad máxima de conseguir que el 60% de las familias de todo el colegio pasen por las urnas a votar si quieren cambiar la jornada del centro, y que todas ellas quieran el cambio, ya que es el 60% del censo (no de los votantes) lo que marca la modificación. A las familias que ayer se paseaban por Vega esa cifra les parece «excesiva y antidemocrática. Si la mayoría es más del 50%, ¿a qué viene que aquí no se respete ese porcentaje?», sostiene una madre.

Otro colegio gijonés, también de la zona rural, el de Cabueñes, ha convocado para finales de esta semana su propia consulta de jornada entre las familias. Así sabrán si pueden optar, el próximo año, al cambio de jornada. También ellos tienen el listón del 60% del censo, como lo tuvieron todos los colegios que desde el año 2004, cuando se implantó la normativa, promovieron cambios de jornada. En la mayoría de los casos, la jornada continuada acabó imponiéndose y en el caso de Gijón apenas unos centros públicos quedan con horario partido, como Cabueñes y Vega, que tiene el hándicap de no poder modificar el transporte una vez está contratado, o dependen mucho del comedor escolar, lo que retrae a algunas familias por si al final eso repercutiera en otros cambios que nadie desea.

Desde la Consejería de Educación, que dirige Ana Isabel Álvarez, se dejaba claro ayer que la normativa existente no gusta demasiado «por obsoleta», y que está en el ánimo del equipo de Álvarez hacer una revisión de la misma, para flexibilizarla. Aunque por el momento, las prioridades de la Consejería han sido otras y la normativa no ha podido tocarse. Portavoces de la Consejería recordaban, además, que con el proceso abierto -el de consultas de los colegios-, tampoco podría plantearse un cambio de normativa de aplicación inmediata. O sea, que si el equipo de Foro sigue al frente de la Consejería de Educación tras las elecciones autonómicas, al menos habría que esperar al curso 2013-14 para que tuvieran efecto los cambios.

En todo caso, en Vega no quieren dejar de protestar, para que se oiga su lamento por la situación actual. Lo que ahora es una iniciativa particular de unos padres que tienen muy claro el beneficio del cambio de jornada puede convertirse, a partir de la semana próxima, en una posición general de la Asociación de Padres y Madres del centro; pero antes ese apoyo general se someterá a votación de los socios de la AMPA. Igual que se someterá a votación el que, al menos, el consejo escolar del centro apoye un cambio en el horario actual del colegio, lo que supondrá que los niños entren media hora antes al colegio (a las 9.00) y salgan también media hora antes (a las 16 horas).