C. JIMÉNEZ

«Algunas personas no han tomado conciencia de que buscar empleo lleva implícito en sí mismo un trabajo que te tiene que llevar, por lo menos, ocho horas diarias». Con esta rotunda afirmación Natalia Quintanal y Beatriz Castro tratan de transmitir cuál es, en este momento, su filosofía vital y también empresarial, porque ambas, procedentes del mundo de los recursos humanos, decidieron dar un giro a su vida hace un par de meses. Tras más de quince años de experiencia laboral, las dos se quedaron sin empleo. Iniciaban entonces su propia revolución personal. Y decidieron poner en marcha un proyecto que les rondaba desde hacía tiempo: LabRevolución. La idea consiste en ofrecer programas de orientación y desarrollo profesional personalizados e individualizados a cada perfil, garantizando el compromiso de acompañar al cliente en la búsqueda de sus objetivos laborales. «LabRevolución es acción, es movimiento, es un cambio en tu vida», plantean Natalia y Beatriz.

Ambas confiesan contar con la confianza y el apoyo de los suyos, pero el camino hasta aquí no ha sido fácil. Cuando fueron a inscribir la empresa, el funcionario de turno que recogió toda la documentación las interrogó: «¿En serio merece la pena?». Una y otra decidieron dejar de hablar en términos negativos y creer en las posibilidades del futuro profesional de todos aquellos que desean iniciar su propia revolución personal. Ambas cuentan con una dilatada experiencia en selección de personal, gestión, formación y desarrollo de recursos humanos. Beatriz, en el grupo Temper, y Natalia, en otro de los gigantes industriales de la región, Duro Felguera, primero, y Eolo Sport, después. Su planteamiento es el de poner sus conocimientos y habilidades al servicio de todos aquellos que necesiten un apoyo en su vida profesional. «LabRevolución es un laboratorio para el desarrollo de programas de crecimiento profesional, donde ayudamos a las personas a encauzar su carrera y alcanzar sus objetivos», explican. Quieren ser esa mano amiga «que te ayude a reflexionar qué puedes aportar y qué es lo que quieres hacer con tu vida», añaden. En ese acompañamiento se convierten en asesoras, formadoras y también ejercen un papel de escucha activa entre sus clientes, a quienes ofrecen un asesoramiento personalizado.

No existe una franja de edad ni una situación profesional específica entre su público objetivo, pero reconocen que sí son varias las personas desempleadas que ya se han puesto en contacto con ellas desde que se presentaron a finales de abril en el Foro de Empleo de la Universidad de Oviedo. «Muchos desempleados llegan preguntándonos si deben seguir haciendo lo mismo o si es el momento de dar un giro en su vida. En otros casos nuestra labor pasa por reforzar sus competencias profesionales, que a veces se olvidan de ellas cuando están trabajando», cuentan las impulsoras de LabRevolución. «Somos responsables de nuestro propio destino, y nadie mejor que nosotros mismos para saber qué queremos hacer, cómo y en qué momento», comentan. Por eso añade Natalia: «Nuestra labor no es decirle a nadie lo que tiene que hacer, sino que ellos mismos lo descubran». Por un lado, ofrecen pautas de orientación básica a través de las herramientas del «coaching», «que son muy útiles», apunta Beatriz. Una vez que la persona ha enfocado su objetivo, la ayuda a buscar su camino. «A los jóvenes sí que les aconsejamos que no tengan miedo a salir fuera. Algunos dicen que encontrar empleo es cuestión de suerte, pero la suerte hay que buscarla», sostiene Natalia. En esa búsqueda de empleo activo de la primera experiencia laboral señalan que es fundamental tomar conciencia de que esa labor implica un esfuerzo que tiene que ocupar ocho horas al día. «No es cuestión de enviar cientos de currículos y quedarse en casa esperando. La búsqueda de empleo implica una labor de "networking", acudir a eventos, cosas que luego no podrás hacer cuando estés trabajando», cometan las impulsoras de esta nueva empresa.

Desde su sede de la calle San Antonio -«a pie de calle», especifican ellas- brindan el apoyo necesario a todas las personas «dispuestas a dar el cambio e iniciar su propia revolución personal». Su primer consejo: hay que estar en las redes sociales. «Ahora mismo es necesario, de una forma u otra que hay que tener presencia porque son tu imagen y tu marca», añaden.

Dos de los valores sobre los que realizan mayor hincapié estas dos emprendedoras son, precisamente, el del autoconocimiento personal y la confianza, fundamentales, a su juicio, «para definir hacia dónde quieres ir». En septiembre iniciarán una serie de talleres de formación «basados en la experiencia, no en clases magistrales», con el objetivo de que la gente salga de allí «con habilidades específicas».

Su intención en todo momento pasa por cubrir las necesidades de cambio de los iniciados (quienes inician su primera búsqueda de empleo), los que transitan (personas en situación de desempleo), los inconformistas (que buscan dar un giro en su carrera) y los líderes (que arriesgan para mejorar sus competencias). Mediante un programa de diez sesiones de duración que permitirá a cada «revolucionario» alcanzar su objetivo, Natalia y Beatriz vuelcan sus esfuerzos en rescatar lo mejor de cada uno. La situación económica actual las lleva a «arriesgar». Afirman que salir fuera un año o dos «es una experiencia buenísima, no podemos esperar que el Gobierno venga a solucionarnos los temas de trabajo», añaden al tiempo que lamentan que en España no exista una tradición en el asesoramiento laboral personalizado. «Lo habitual es estudiar una carrera sin saber muy bien por qué. En su momento hubiéramos agradecido un apoyo así», subrayan. Su herramienta principal es el contacto personal para hacer ver a las personas la necesidad de «salir de la zona de confort» y pensar en las cualidades, las competencias y las habilidades que las hacen ser diferentes frente a otras para «resituarse». «Es el momento», concluyen.