L. Q.

La presencia de Luis Sepúlveda fue la guinda de un congreso que tuvo en la jornada de ayer otras sesiones de trabajo. Entre ellas estuvo la del profesor Luis Roncero Mayor, de la Universidad Nacional de Taiwán, en la que trató las diferencias entre los españoles y los chinos a la hora de estructurar ideas y comunicarlas de forma oral o escrita. «Cuando se les hace una pregunta directa, responden con ambigüedad. Si te dan una opinión contraria a la tuya no la argumentan, simplemente lo aceptan porque rechazan el conflicto; la armonía es muy importante para ellos». Roncero explicó que en China se utiliza una estructura circular para expresarse, que choca con la lineal de los occidentales. Por ello, Roncero apuesta por «centrarse más en la lógica que en la gramática». Así es que «si un chino te pregunta si estás ocupado, quiere preguntarte que qué tal, ya que para ellos estar ocupado es tener trabajo; y tener trabajo, es estar bien», contó.

La polaca Cecylia Tatoj, por su parte, dedicó su ponencia a hablar sobre los estereotipos y cómo ayudan a comprender a un interlocutor extranjero. Se forman, según Tatoj, «por la necesidad de tener alguna opinión sobre los demás y por la dificultad de crear esta opinión por experiencia propia». Apuntó, además, que «los chistes descubren muchos de los estereotipos que tenemos en la cabeza». Estas generalizaciones se toman muchas veces «por razones económicas, pero a veces son culpables de causar prejuicios».