C. JIMÉNEZ

La segunda sesión del congreso de ingeniería naval e industria marítima sirvió para poner sobre la mesa la delicada situación que atraviesa el proyecto de la plataforma experimental marina de la Universidad de Oviedo. Considerada como una de las grandes apuestas del programa de excelencia de la institución académica, la infraestructura corre ahora peligro de «muerte administrativa», aseguró José Luis Suárez Sierra, gerente de AST Ingeniería, una de las empresas que se sumaron al proyecto desde el inicio. Su ponencia versaba precisamente sobre el centro experimental «offshore» que la Universidad presentaba hace tres años en el marco de sus planes de excelencia ante el Ministerio y por el que las empresas «seguimos esperando», advirtió. El gerente de AST conocía bien el tema pues el proyecto «Desarrollo de infraestructuras offshore para el aprovechamiento de los recursos renovables del medio marino» que expuso en el congreso de ingeniería marina lleva su firma, la de la varios profesores de la Universidad de Oviedo, personal de AST Ingeniería y del gerente del «cluster» de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático de la Universidad.

Una de las principales amenazas que se ciernen sobre estos planes es la derivada de la financiación. La Universidad recibió 11,5 millones de euros del Gobierno de España, procedentes del plan «Innplanta», de los que 9,7 se destinarían a equipamiento y 1,7 a infraestructuras. Esa confirmación llegaba en diciembre de 2011. Aparte de la instalación de dos boyas oceanográficas para medir diferentes parámetros océano-meteorológicos, poco se ha avanzado desde entonces en cuanto a equipamiento. Tanto es así, que la institución académica ha llegado a pedir una prórroga en la justificación de las ayudas puesto que una parte de ellas se concedieron en forma de préstamo. Con el paso del tiempo, el proyecto «ha ido evolucionando». Poco o nada tiene que ver con el que se diseñó en un principio pero ello no justifica, según José Luis Suárez Sierra, que dice compartir el mismo malestar con otras empresas, que se continúe sin dar forma jurídica a una propuesta que aúna la iniciativa privada, pública y la de organismos de investigación. Tampoco se ha concretado nada sobre el dominio público marítimo reservado. «La experiencia de juntar a empresas a hacer fuerza común en Asturias no se nos da bien», concretó el gerente de AST durante su ponencia, y que ve «muy complicado» armonizar los intereses de los sectores público y privado.

«En Asturias somos para el ocio, pero no para el negocio», resumió el ponente, quien advirtió, no obstante, que «una empresa sola en el mundo offshore poco puede hacer». En cualquier caso, Suárez Sierra es un convencido de la repercusión que esta infraestructura tendría para la región pues existe «una oportunidad tremenda de obtener ayudas europeas». De lo contrario, dijo, «corremos el riesgo de muerte administrativa del proyecto» y la consiguiente devolución del crédito. «Para nosotros es una infraestructura esencial», subrayó, al tiempo que instó a los ingenieros navales presentes en el congreso nacional de Gijón a demandar «dónde está ese centro de experimentación y cuándo se va a hacer». Según el gerente de AST Ingeniería urge la articulación de una colaboración público-privada en este sentido, similar a lo que se ha hecho en Escocia o País Vasco, para impulsar un sector que daría a Asturias «otra dimensión».