C. JIMÉNEZ

Entre la decepción y el enfado. A sí reaccionaron ayer presentantes del ámbito académico y empresarial ante la decisión del equipo rectoral de dar marcha atrás a uno de sus planes más ambiciosos. «La Universidad le ha fallado a Asturias estrepitosamente», advierten desde el sector privado quienes desde el primer momento respaldaron la estación marina de carácter experimental en aguas cantábricas.

La renuncia de la institución académica a los préstamos obtenidos del extinto Ministerio de Ciencia y Tecnología «con el aval del Principado, como tenían», según recalcan los socios del sector privado en este proyecto, ha resultado «fallido» y ha generado decepción entre los investigadores. Además, denuncian que la Universidad «ha buscado una gran empresa» que asumiría el proyecto como propio en un intento de «quitarse de encima» la iniciativa, decisión que tildan de «escandalosa» en algunos ámbitos.

Entre los investigadores las críticas se repiten. «Muchos compañeros se dan cuenta de la oportunidad y del tren que hemos perdido», opinan en el campus gijonés donde ha sido recibido con «gran cabreo» la renuncia del Rectorado para «hacer más modesto» el ambicioso plan de investigación en energías «off shore». «Se debería haber trabajado investigación, docencia y empresas de la mano para llevar adelante esta instalación singular», reflexionan desde el ámbito académico. Para el campus de Gijón el proyecto hubiera permitido impulsar una especialización en el área genérica de energía, argumentan, al tiempo que se muestran preocupados ante la posibilidad de «haber defraudado a las empresas». Si bien consideran que «hubo dinero para impulsar verdaderos proyectos de colaboración entre grupos de investigación», ahora «se ha enterrado todo», claman los docentes del campus gijonés.