Luján PALACIOS

«Somos parias, gente incómoda que molesta; tenemos que acostumbrarnos a que nos llamen de todo, pero tenemos que asumirlo y ser combativos». Tristán Ulloa, actor de cine, televisión y teatro compartió ayer con los alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático y Profesional de Danza una jornada de reflexión dentro de los actos por el Día Mundial del Teatro.

Ulloa compartió butaca con los estudiantes en el espacio Alejandro Casona de la mano de Eladio de Pablo, director de la Esad, y entre los dos describieron el negro panorama actual de las artes escénicas. «En realidad tenemos pocos motivos para la celebración, con la situación a la que nos ha llevado el gobierno», sostuvo de Pablo, quien animó a sus alumnos a «seguir siendo los bufones que como en el Rey Lear de Shakespeare hacen ver al poderoso sus equivocaciones».

Ulloa, quien rechazó participar en la última gala de entrega de los premios Goya del cine español, explicó sus motivos ante el auditorio. «El director de la Academia de Cine me advirtió que los actores no debíamos protagonizar el acto con nuestras reivindicaciones», indicó Ulloa, quien después de participar en los ensayos de la gala, decidió finalmente no acudir ante las manifestaciones de Enrique González Macho. «Llegó a decirnos que los actores estamos acabando con el cine, y me sentí mal por eso. Nadie tiene que decirnos lo que podemos hacer o decir», apuntó Tristán Ulloa entre los aplausos de los asistentes al coloquio.

El actor se mostró muy crítico con la políticas de recorte en la cultura, que «podrían llegar a hacer que las artes escénicas desaparezcan de la Educación Secundaria».

«No podemos someternos al chantaje de las ayudas y subvenciones en función de los resultados»; denunció Ulloa, quien recordó también cómo el gobierno de Mariano Rajoy «ha hecho todo lo diametralmente opuesto a lo que dijo en su día». Por eso, «la confianza de los ciudadanos en las urnas no es un cheque en blanco, tenemos que manifestarnos contra lo que no está bien», reivindicó.

El actor apuntó cómo los espacios escénicos públicos «no están dispuestos a arriesgar nada», y llamó a inventar nuevos espacios y nuevas fórmulas de hacer teatro «a imagen de otros países como Argentina, donde la cultura ha latido al margen de la situación política». Precisamente en este país ha nacido su última producción, protagonizada por dos bailarines de tango que cuentan su exilio de Argentina, su llegada a España y su experiencia, por segunda vez, con la crisis.

En el acto también se dio lectura al manifiesto oficial del Día Mundial del Teatro, firmado por Darío Fo, en el que se recuerda cómo «actualmente, actores y compañías teatrales tienen dificultades para encontrar escenarios públicos, teatros y espectadores, todo por culpa de la crisis». Fo advierte del riesgo de «una gran caza de brujas contra todos nosotros y especialmente contra la gente joven que desea aprender el arte del teatro», el peor de los escenarios en combate.