C. JIMÉNEZ

Al cumplirse dos décadas de la Declaración Universal de Bioética, la subdirectora general de la UNESCO, Pilar Álvarez Laso, realizó una propuesta de reformulación de estos principios para dar respuesta a los nuevos desafíos que afronta la ciudadanía. «Llevamos demasiadas décadas, quizá milenios, en que los problemas de la humanidad siguen siendo urgentes», señaló antes de referirse a cuestiones tan universales como la pobreza, el acceso a recursos básicos, el efecto de los avances en ciencia y tecnología sobre la vida de las personas, las comunidades y el planeta en general. «La bioética es un gran paraguas que tiene una trascendencia sobre la que están trabajando desde las ciencias sociales, la economía, la ética....», señaló Álvarez Laso en la apertura del octavo congreso internacional de esta disciplina que se celebra hasta el próximo jueves en la ciudad. Y ante los «espectaculares avances en ciencia y tecnología», la representante del órgano internacional realizó una llamada a reflexionar sobre una disciplina que se encuentra «en constante evolución».

El programa del congreso, en el que participarán 17 instituciones, se centrará en la «Bioética Universal. Principales dimensiones» y coincide con la celebración del 15.º aniversario de la SIBI (Sociedad Internacional de Bioética). Su presidente, Marcelo Palacios, agradeció el esfuerzo de todos aquellos que han hecho posible el trabajo de la sociedad para que ésta pudiera «caminar y consolidarse» a lo largo de estos años y se marcó como reto que los estudiantes de Secundaria que participan en el programa pedagógico del congreso tomen el relevo «en un país desbaratado que, con personas como vosotros, puede quedar en las mejores manos». Durante la última jornada, estudiantes de institutos de Oviedo, Gijón y Posada de Llanera realizarán diferentes ponencias sobre la crisis económica y el hambre en el mundo, la clonación humana, mitos y realidades sobre la alimentación, la bioética en la escuela y el principio de consentimiento informado. El objetivo de esta actividad es estimular el interés por la bioética entre los jóvenes con el apoyo de sus profesores.

En ellos, en los más jóvenes, puso también el énfasis el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, pues suya será la decisión de marcar los límites «en la compleja frontera entre los avances científicos y tecnológicos y el respeto a los derechos y la dignidad humana, aseguró». El máximo responsable de la institución académica apeló a «apoyar toda actividad científica que vele por el interés general y que contribuya a reducir los males de la sociedad».

Más reivindicativa se mostró la edil de Bienestar Social, Eva Illán, en ausencia de la alcaldesa, Carmen Moriyón, que tampoco en esta ocasión acudió a la cita, pese a estar confirmada su presencia. Illán se mostró partidaria de dar más realce a la bioética, «pues a ella le corresponde debatir los puntos clave del desarrollo humano».