F. G.

Se celebraban en Madrid los esponsales del Príncipe de Asturias con la asturiana Letizia Ortiz, el 22 de mayo de 2004, cuando un grupo de animosos vinculados al Ateneo Republicano de Asturias, con su presidente, el abogado gijonés Francisco Prendes Quirós a la cabeza, decidieron recrear en Llueves (Cangas de Onís) la muerte del rey Favila entre las garras de un oso. Metáfora, la del oso regicida, que pretendía representar el fin de la Monarquía y el advenimiento de la República. El próximo sábado, 18 de mayo, el Ateneo Republicano retorna a Llueves a repetir el ritual en su décima edición, esta vez con el lema «De este viejo reino a esta joven República», como reza el cartel anunciador, en el que Álvaro Noguera dibuja a un rey decrépito que se sujeta con muletas.

La anual «procesión» canguesa tiene su miga. La idea procede de una ceremonia que en 1856 idearon oficiales subalternos del regimiento de reserva acuartelado en Cangas de Onís, tenientes recién titulados y liberales de un regimiento que estaba al mando del comandante Vázquez de Mella, padre de quien años más tarde sería celebre político conservador, orador carlista. Los oficiales comenzaron a editar un periódico manuscrito que bautizaron «El Orangután», que celebraba en prosa y en verso la «hazaña» del oso, hasta que el comandante les recomendó que cesaran. Cumplida la orden, los oficiales seguían acudiendo al lugar donde el rey murió y se descubrían ceremoniosamente, liberales ellos, en recuerdo del oso que mató a Favila.

Ese ceremonial repite cada año por estas fechas el Ateneo Republicano, en una procesión que concluye en el lugar donde el duque de Montpensier mandó grabar una cruz y una leyenda en la que se hace constar que allí murió el rey, un sitio invadido hoy por la maleza.

Cada año, una personalidad relevante se ocupa de la lectura de los párrafos de las Memorias de Nicolás Estébanez, político y militar, y uno de los acuartelados en Cangas que apadrinó el polémico «Orangután», en las que relata el sucedido que acabó con Favila en el abrazo de un oso. En esta ocasión, el elegido para tal menester es el escritor Rafael Reig, defensor del credo republicano y natural de Cangas de Onís. El pasado año el lector fue el gijonés José Antonio Madiedo, que fue director general de la Marina Mercante.

Es tradición también que todos los años el cantautor Rafa Lorenzo cierre la republicana efeméride interpretando una adaptación del poema «El oso pardo que mató al rey Favila», que Alfonso Camín publicó en Madrid en agosto de 1930, en la revista «Norte», siendo rey de España el abuelo del actual monarca. Como novedad, este sábado Rafa Lorenzo incluirá en su repertorio la interpretación de otro poema de Camín, «A hierro y fuego», una de las canciones de su último disco.

La cita es en Llueves, a las doce y media del mediodía, con Paco Prendes a la cabeza de la expedición, como mandan los cánones en la celebración del décimo aniversario de la fiesta republicana de exaltación del oso regicida.