Pablo TUÑÓN

Un niño subido a la ametralladora de gran calibre en el techo de un vehículo militar o una persona ya entrada en años comentando a un militar: «Oye, cómo habéis mejorado desde que hice la mili». Fueron algunas de las curiosas escenas que se vivieron ayer en el Paseo de Begoña, donde, por el día de las Fuerzas Armadas, Ejército y Guardia Civil exhibieron algunos de sus materiales. «El fin es acercar nuestro trabajo y los medios de los que disponemos a la población», explicaba un teniente del Regimiento «Príncipe» número 3, con sede en el acuartelamiento asturiano del Cabo Noval, y cuyos miembros fueron los encargados de exhibir el material militar en Gijón.

Aparcados en pleno paseo lucían dos vehículos de alta movilidad táctica («Vamtac»). «Aunque son grandes para caminos estrechos», bromeaba el mismo teniente. Uno de ellos era blindado y cada uno estaba equipado en lo alto con un arma diferente: una contra carros, un lanzagranadas y una ametralladora de gran calibre. Poco más allá, también enseñaban una ambulancia de las que acuden a las misiones, además de botiquines médicos de última generación. Asimismo había espacio para material de campamento, fusiles de precisión, ametralladoras, medios de óptica y visión nocturna, medios de radio y hasta un puesto de tiro simulado con un maniquí. Numerosos niños, acompañados de sus padres, acudieron al campamento militar improvisado en Begoña tras la salida de los colegios.

Allí también tenía su puesto la Guardia Civil, que exhibió material antidisturbios, incluyendo el equipo completo de los agentes con sus chalecos, botes de humo y lacrimógenos, balas de fogueo, bolas, un fusil Cetme, que acaparó las mayores atenciones; un subfusil y una escopeta de calibre 12. Asimismo, mostraron material criminalístico utilizado para inspeccionar escenarios del crimen, tal como linternas de luz forense de diferentes longitudes de onda para hallar diversas pruebas como huellas, semen o sangre.