L. PALACIOS

Cuando Gaspar Melchor de Jovellanos fue deportado a Mallorca, su cautiverio se convirtió, en realidad, en una estancia enriquecedora en muchos aspectos. En aquella experiencia obtuvo notables vivencias y su colección artística también se vio ampliada. Una de las aportaciones clave de aquel período a la pinacoteca del ilustrado gijonés fue la obra «La fundación de la cartuja de Valldemosa», una copia de un tapiz que colgaba intramuros del establecimiento religioso en el que permaneció Jovellanos en una primera etapa de su destierro insular, antes de pasar al castillo de Bellver.

Esa obra, copia del original, ha pasado a formar parte de los fondos de la Casa Natal de Jovellanos, y ayer fue presentada, tras un breve periodo de restauración, por el profesor de Historia del Arte e historiador Javier González Santos, con la presencia de la alcaldesa, Carmen Moriyón, la directora del Museo Casa Natal, Lucía Peláez, y el edil de Cultura, Carlos Rubiera.

El cuadro, un óleo sobre lienzo con unas medidas de 80x50 centímetros, fue adquirido por el Ayuntamiento de Gijón a una galería madrileña por 10.890 euros, tras tener conocimiento de su existencia al rastrear otras obras que pertenecieron al prócer. En esta pintura se representa el acto fundacional de la cartuja, una escena que llamó mucho la atención de Jovellanos durante su estancia con los frailes.

Precisamente fue Pedro Martínez, el criado y ayudante de Fray Manuel Bayeu -el fraile encargado de decorar las estancias monacales-, el autor de la copia de la escena para regalársela al ilustrado gijonés en su estancia en Bellver, en colores «que a Jovellanos le parecieron apagados», pero con un resultado que para él fue «muy estimado», indicó González Santos.

Su importancia pictórica es relativa, pero consituye un testimonio histórico del pasado de la cartuja de Valldemosa, que a Jovellanos le causó honda impresión. Ahora, el público también puede disfrutar de la escena.