Candás comienza la cuenta atrás para abrir al público la que promete ser una de las citas ineludibles del verano cultural asturiano. El Museo Antón se prepara para estrenar el 21 de junio «El mar, la mar y el Aurelianismo», la última exposición de Aurelio Suárez (Gijón, 1910-2003), que se extenderá hasta el 1 de septiembre. Cuarenta días dedicados a una selección de las obras inspiradas en el mundo marino del artista asturiano, muchas de ellas, inéditas.

El vínculo de Aurelio Suárez con el mar se resume en sus creaciones y se extiende a lo largo de una vida enmarcada a orillas del Cantábrico. Desde los vínculos familiares, -su padre, Abelardo Suárez, fue capitán de la Marina y su hermano, Gonzalo, maquinista naval- hasta la permanente convivencia con un medio que le vio crecer y madurar como persona y artista. Aurelio Suárez, que incluso trabajó temporalmente reparando redes utilizadas por pesqueros gijoneses, tuvo en el mar sustento, aspiración y devoción. Tres etapas diferentes a lo largo de su trayectoria vital y mezcladas ahora en la galería reservada en el Museo Antón para conmemorar el décimo aniversario de su fallecimiento.

Más de medio centenar de óleos, gouaches, bocetos y diversos objetos ejercen de soporte en el viaje al «Aurelianismo» que partirá en junio a orillas de Candás e invitará a perderse en la inmensidad de un universo onírico. La muestra contiene piezas de la colección personal del autor, a la que se unen otras procedentes de colecciones privadas y del Museo de Bellas Artes de Asturias. Juntas, integran un paseo cargado de técnicas plásticas y simbolismos.

«El mar, la mar y el aurelianismo» permite un extenso análisis sobre la evolución artística del asturiano. Títulos como «Después», firmado en 1943, o «Imán de navegantes», de 1987, descubren la amplia horquilla temporal de la exposición en torno a un mismo ambiente. Estímulo para los sentidos, cada matiz de las composiciones ya advierte al visitante de la profundidad de la muestra.

«Esferonauta» es una de las obras elegidas para recoger la mirada surrealista hacia el horizonte cotidiano del artista asturiano. Una de las muchas que ejerce como espejo de la particular forma de entender el arte de Aurelio Suárez. A la complejidad creativa reflejada sobre el lienzo, se añade la oportunidad de contemplar objetos con los que tropezó en sus paseos por playas como San Lorenzo. Se trata de piedras, conchas o maderas que la resaca dejaba en la arena. Aurelio Suárez las hacía suyas como parte de un reto que acabó saldado, al trasformarlas en materia prima del homenaje artístico a su lugar de origen.

El Museo Antón avanza en la que pasará a integrar la trilogía dedicada a Aurelio Suárez. «El mar, la mar y el Aurelianismo» se une a «Chatarraurelio» (2010) y «La mujer y el Aurelianismo» (2008), también expuestas en Candás.