C. JIMÉNEZ

Con el gijonés José Antonio Madiedo al frente de la Dirección General de Marina Mercante, hace veinticinco años se inauguraba la Escuela de Marina Civil de Gijón. Una placa en honor y memoria de Jovellanos recordaba el empeño del ilustrado gijonés por poner en marcha estos estudios en la ciudad. Y, tras un período en las instalaciones del Centro de Formación Profesional Náutico-Pesquera, los estudiantes podían disfrutar de unas exclusivas instalaciones. El presidente del Principado, Pedro de Silva, destacaba que habían sido muchos los esfuerzos de muchas personas y «muchos también los trámites políticos que han tenido que realizarse para llegar a este buen fin». Se abría aquel 10 de junio de 1988 un centro con 14.000 metros cuadrados de superficie y capacidad para 800 alumnos, cuyo presupuesto ascendió entonces a 1.200 millones de pesetas. Como anfitriones en la visita ejercieron el arquitecto Diego Cabezudo, autor del proyecto de la Escuela, y el director, José Ángel García Díaz. Una de las novedades que se explicaban en el recorrido era el moderno equipo de ordenadores con el que podría trabajar y realizar sus prácticas el alumnado. La primera planta se destinaba a aulas y laboratorios; y la segunda, a seminarios y despachos, ubicándose igualmente en ella el planetario, que abrió en 1991.

El director de la Marina Mercante se congratulaba de la feliz iniciativa que «casi doscientos años después» permitía que se hiciera realidad el proyecto de Jovellanos. «Hoy vivimos una etapa muy diferente de la de Jovellanos, en la que es necesario desarrollar los servicios. No basta con tener las infraestructuras, sino que hay que tener personas que sepan manejarlas. Por ello este acto tiene tres significados: el primero es una restitución a Jovellanos y su obra; el segundo, la dignificación que este edificio supone para Gijón y para Asturias, y el tercer significado es la consolidación de las enseñanzas de la Marina Civil, que en breve serán universitarias. Es necesario que la Universidad, que ha vivido alejada de la mar, se acerque a ella y se vuelque en darle todas las facilidades», manifestaba el director general de Marina Mercante.

Al acto acudían, entre otras muchas personalidades, la consejera de Industria, Comercio y Turismo, Paz Fernández Felgueroso; el rector en funciones de la Universidad de Oviedo, Alberto Marcos Vallaure; el alcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces; el alcalde de Avilés, Manuel Ponga Santamarta; el delegado del Gobierno, Obdulio Fernández; el presidente de la Junta General del Principado, Antonio Landeta; el comandante de Marina de Gijón, Leopoldo Núñez; el ex rector de la Universidad de Oviedo Teodoro López Cuesta; el ex alcalde de Gijón, José Manuel Palacios; el de la Junta del Puerto de Gijón, Carlos Zapico, y el presidente de la Cámara de Comercio, Claudio Fernández Junquera.

El proyecto del nuevo edificio de la Escuela Superior de la Marina Civil de Gijón comenzó a gestarse en 1981, cuando la Universidad de Oviedo cedió una parcela de 28.000 metros cuadrados, situada entre La Guía y la Universidad Laboral para llevar adelante esta obra. Un cuarto de siglo después de su inauguración el edificio presenta problemas estructurales pero sus alumnos viven ajenos a la situación general del mercado laboral. «Aquí, paro, cero», aseguran en el centro.