P. TUÑÓN

Cuando Antonio Suárez visitaba ayer el astillero de Armón en Gijón para conocer el avance en la construcción de sus atuneros, un reguero continuo de trabajadores salían de su turno. Una escena que ha vuelto a hacerse normal en las instalaciones de El Natahoyo en buena medida gracias a Suárez, cuyos encargos han sido vitales para la reactivación del sector naval. Seguramente debido a su aportación, en Asturias se le conoce más por su sobrenombre, «El rey del atún», aunque no le guste «nada». «Él único rey que conozco se llama Juan Carlos I», matizó ayer.

Estuvo acompañado en su visita al astillero por José Ramón Fernández, presidente del Grupo Armón; Laudelino Alperi, consejero delegado de la empresa naval; Severino García Vigón, presidente de la Fundación Asturiana de Empresarios (FADE); y Gonzalo Cores, amigo personal de Antonio Suárez. Éste contó cómo se fraguó el proyecto de construir sus barcos en su Asturias natal. «Severino encabezó un grupo de empresarios asturianos que fueron a México hace unos años , y también fue Laudelino. Ahí surgió un poco todo esto», explicó.

Además de con sus propios encargos, el empresario astur-mexicano ha apoyado influyendo en que otras firmas de su sector contratasen barcos con el Grupo Armón. «Les recomendé a mis colegas, que no considero competidores sino amigos, que viniesen a hacer sus barcos a Asturias. Les convencí, aunque me preguntaron también bastante», aseguró Antonio Suárez.

En el astillero gijonés se están construyendo en la actualidad seis atuneros al mismo tiempo: dos para Grupomar, dos para la también mexicana Pesca Azteca; y otros dos para la empresa española Albacora, que están preparados para ir equipados con ametralladoras al faenar en zonas de piratas. En poco tiempo, se iniciará la construcción de un barco más para Grupomar y otros dos para una compañía norteamericana. Casi quinientos personas trabajan ahora en el astillero, en el que Armón ha invertido 7,5 millones para su acondicionamiento. Y puede que le lleguen más encargos dado que, como afirma Suárez, «la industria del atún pasa por buena época a nivel mundial; se construyen barcos, el precio está alto y es rentable pescar atún».