La Casa Natal de Jovellanos acogió, en la tarde de ayer, la entrega del XIX Premio de Ensayo Jovellanos otorgado al político y jurista español Antonio Garrigues Walker por su obra «España, las otras transiciones». El acto, lejos de la rigurosa solemnidad que cabía presumir resultó ameno, ágil, interesante y hasta divertido; gran responsabilidad en ello tuvo el propio galardonado, Antonio Garrigues Walker, al que el inolvidable periodista Jaime Campmany solía añadir el sobrenombre de «Etiqueta Negra», cuestión que ayer hubiera debido modificar porque los años no perdonan, y la etiqueta, otrora negra, ha derivado en un gris plateado que sin duda añade solera.

Abrió y condujo la sesión el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, y a su vez presidente del jurado que otorga el Premio, José Luis García Delgado. Tras agradecer el hecho de ser acogido en un espacio tan precioso como la Casa Natal de Jovellanos, saludó a la numerosa concurrencia, citando en primer lugar al autor, Antonio Garrigues; al viceconsejero de Cultura del Principado, Alejandro Calvo, a los políticos, catedráticos y profesores presentes. «Y he de hablar del libro aunque no me corresponda», dijo.

Pelayo García Cerrero, director de Editorial Nobel, empresa que promueve el Premio, mostró su satisfacción por haber sido galardonado el ensayo más sugestivo, bello y lúcido. «Con cada edición, el "Jovellanos " se consolida», comentó, añadiendo que la obra premiada en 2012 fue reconocida como uno de los diez mejores ensayos del año. Tras hacer un resumen de los logros de la empresa que en poco más de un lustro ha pasado de dar trabajo a catorce personas, a las cien que se prevén a final de este año, abogó por la esperanza de que este Premio continúe enalteciendo la cultura y sirva para conservar vivo el recuerdo de Jovellanos.

Leída el acta correspondiente al fallo del jurado, a cuyo dictamen se presentaron 127 ejemplares, García Delgado rindió memoria al fallecido Román Suárez Blanco, jurado de ediciones anteriores del Premio. Por su parte, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Gijón, Carlos Rubiera, tras señalar a Jovellanos como alcalde perpetuo de nuestra ciudad y disculpar la ausencia de la alcaldesa Carmen Moriyón, felicitó a Garrigues por unir su nombre a la destacada lista de ganadores.

La promesa de Luis García Delgado de hablar fuera de programa se cumplió, centrándose en tres temas: los méritos de Ediciones Nobel, las características del libro «España, las otras transiciones», una mezcla me memorias personales y ensayo político, donde queda patente la firmeza de las convicciones del autor, y por último la personalidad de éste, abogado de gran prestigio que lidera una empresa jurídica.

Éste, Antonio Garrigues Walker, que se confesó próximo a cumplir 79 años, de pie y sin papeles ofreció un interesante y variado discurso. Comentarios sobre su paseo por la ciudad, la visita a La Laboral y a su Centro de Cultura, la fabada del almuerzo, el mar... «Una suerte ver a Asturias en un día así», dijo. Reconoció que le gustan los elogios pero que no se los cree, «sé lo que soy». Y ante el Premio, «he perdido la virginidad» ya que es el primero que recibe por sus trabajos literarios. Y como Jovellanos obliga, Antonio Garrigues eligió una frase del prócer: «¿Qué sería de una nación que en vez de geómetras, astrónomos, arquitectos y mineralogistas, no tuviese sino teólogos y jurisconsultos?». Jovellanos era un auténtico renacentista al abarcar muchos aspectos de la ciencia y aportarlos a la sociedad. Respecto al tema de su libro confesó que emanaba de una idea muy antigua, ya que se ha hablado mucho de la Transición, que fue modélica, pero nadie se ha detenido a valorar otras transiciones que contribuyeron a ella, como la sindical, la empresarial, la cultural, incluso la que corresponde a las mujeres. Terminó su discurso refiriéndose a la crisis que pone en cuestión todo lo que nos rodea, pero a su vez está colocando a España en condiciones estupendas para reflotarse. «No tenemos derecho al pesimismo, necesitamos que se genere algo de grandeza y esperemos que el estamento político vaya a mejor».