F. G.

Los trabajadores de Trefilería Moreda aprobaron ayer por amplia mayoría la propuesta de la empresa que garantiza la permanencia de su fábrica en Gijón y que supone una reducción del sueldo de los empleados de la firma y una ampliación de jornada. En la asamblea, 146 trabajadores se manifestaron a favor de la propuesta, 15 lo hicieron en contra y 10 votaron en blanco, registrándose un único voto nulo.

De esta forma, los trabajadores decidieron asumir el preacuerdo alcanzado la pasada semana por sus representantes sindicales con la dirección de la empresa, que implica una rebaja de los salarios entre el 6 y el 8%, según la percepción salarial de los empleados, y un incremento de jornada de 24 horas anuales hasta 2015 y de 16 horas en 2016.

Como contrapartida, Moreda Rivière Trefilerías se compromete a la contratación de 52 trabajadores eventuales y la conversión de 20 de esos contratos en indefinidos. El comité de empresa está ahora pendiente de limar «algunos flecos» en relación de determinados conceptos económicos respecto a un ajuste salarial que llegará hasta 2017, año en el que los trabajadores de la firma podrán recuperar el poder adquisitivo perdido. En 2013 se reducirán los sueldos del 6 por ciento al 8 por ciento señalados. En 2014 y 2015 permanecerán congelados los salarios y en 2016 se recuperarán entre un cuarto y medio punto porcentual, en función de la consecución de unos objetivos, según pactaron empresa y sindicatos la pasada semana, en una maratoniana reunión de varias horas.

Según el acuerdo alcanzado, y ratificado ayer por la asamblea de trabajadores de Trefilería Moreda, a partir de enero de 2017 se recuperará el poder adquisitivo de los empleados de la fábrica, revalorizando las tablas salariales un por ciento por cada año de ajuste. Lo que en la práctica supone que los empleados recuperarán el 6 por ciento que ahora se les recorta, al que se añadiría una subida porcentual de otros seis puntos.

Además, la compañía también ha aceptado trasladar a Gijón antes de mediados de 2015 una máquina de fabricación de enrejado para cierres con la que cuenta en su fábrica de Cerdanyola, lo que muestra la voluntad de la empresa por reflotar la fábrica gijonesa.