No lleva sombrero, ni látigo al cinto, ni pistola, pero el gijonés Gaspar Meana podría pasar por el Indiana Jones del cómic asturiano, que está semana le ha homenajeado en la XXXVII edición de su Salón Internacional. Tal es el conocimiento profundo que este dibujante tiene del arte, la historia y la arqueología que no le viene largo el traje de descubridor de joyas antiquísimas. Como él mismo descubrió y ayudó a ver la luz a uno de los dones más preciados de la ilustración asturiana de las últimas décadas: la imponente "Crónica de Leodegundo".