La Comisión Europea considera que hacer una estación intermodal en la zona logística "mejorará el transporte de puerto a puerto, y desarrollará rutas marítimas para el transporte de mercancías de entrada y de salida de los puertos de Gijón y Avilés". La ZALIA se presentó, de hecho, como "un motor" de la economía asturiana y un complemento imprescindible de la obra de ampliación de El Musel.

Los trabajos de urbanización de la primera fase, que concluyeron en el pasado mes de abril, ascendieron a 32 millones de euros. A lo que hay que sumar el alto coste social de la obra, que afecta de lleno a la parroquia gijonesa de San Andrés de los Tacones, cuyos vecinos llegaron a viajar a Estrasburgo para denunciar ante las autoridades europeas el gran impacto de la ZALIA. Aunque incialmente se han ocupado 107 hectáreas -parte de mutuo acuerdo y parte por expropiación-, se ha hecho una reserva de suelo para la ZALIA de cuatro millones de metros cuadrados.

Pero antes de avanzar en la urbanización, habrá que dotar las parcelas existentes de los correspondientes accesos y de una estación multimodal que "incrementará la cuota ferroviaria del transporte terrestre de flete, así como el transporte carretera-ferrocarril y ferrocarril-mar, y la eficiencia logística del transporte de mercancías", considera la Unión Europea. "Además, se mejorará la eficiencia del transporte de flete en todo el área de influencia de la zona logística", añade sobre un equipamiento que se ajusta a la política europea de fomentar "el cambio modal de la carretera a otras modalidades de transporte".

Al Ejecutivo autonómico le llega este apoyo de Bruselas en pleno debate por el delicado estado financiero de la sociedad promotora de la ZALIA. Dicha sociedad se constituyó en julio de 2005 con participación exclusivamente pública y ayuda de créditos bancarios que ha llegado el momento de devolver. De la Zona de Actividades Logísticas e Industriales forman parte el Principado; las autoridades portuarias de Gijón y Avilés; y los ayuntamientos de ambos municipios, que contaron con un capital inicial de 6 millones de euros para empezar a trabajar. En 2010, la sociedad obtenía un préstamo sindicado de 96 millones más.

Este crédito, suscrito por cinco entidades financieras, iba a devolverse con la venta o alquiler de las parcelas ya urbanizadas. Pero la crisis económica truncó los planes de la sociedad que promovió la zona logística , y echó al traste los acuerdos previamente firmados con el Corte Inglés y Asetra, la asociación que agrupa a los empresarios del transporte de Asturias.