"Es una noticia muy positiva que los jueces estén dando pasos porque nosotros llevamos nueve años trabajando y sufrimos mucho. Esto hay que pararlo. No contamos con la ayuda de las instituciones pero al menos parece que la justicia nos escucha". De esta manera valoraba ayer Encarna García, presidenta de la Asociación Contra el Acoso Escolar, la hazaña de una abogada gijonesa, Leticia de la Hoz, que acaba de conseguir que un juzgado de Palencia condene a tres menores que durante años acosaron a un compañero de clase.

García mantiene que este tipo de problemas, que sufren decenas de jóvenes en aulas de toda España, es prácticamente invisible a los ojos de la sociedad. Un argumento que también esgrimía la magistrada palentina encargada de este caso. "Con este tipo de violencia tiene que ocurrir lo mismo que ha pasado con la doméstica, esto es, dejar de considerarlo como algo inevitable y en cierta manera ajeno a las posibilidades de intervención del sistema penal. El acoso no puede considerarse parte integrante de la experiencia escolar", argumentaba la jueza en un fallo que condenó a los adolescentes acusados del "bullyng" a quince meses de tareas socioeducativas para que aprendan los valores que despreciaron al someter a su víctima a un acoso que acabó degenerando en una depresión y por el que los tres menores condenados deberán además pagar, solidiariamente con el colegio que no hizo nada para frenar el acoso, una indemnización de 2.000 euros.

La Asociación Contra el Acoso Escolar atendió el año pasado 169 casos en Asturias. Pero aseguran que hay más. "En muchas ocasiones el problema es que los chavales no se atreven a denunciar y que a su alrededor hay toda una espiral de silencio", reflexionaba ayer Encarna García. En el caso de Palencia defendido por la abogada gijonesa, por ejemplo, el procedimiento se había iniciado como consecuencia de la denuncia que uno de los acosadores había interpuesto contra su víctima después de que el joven le propinara un fuerte puñetazo tras aguantar tres años de acoso. "Hasta que los niños no explotan no pasada nada. Muchos acaban cambiando de zona de residencia o haciendo cosas peores", argumenta García haciendo hincapié en la escasa colaboración que prestan las instituciones públicas para luchar contra el acoso escolar.

"Estamos a punto de presentarle un nuevo convenio de colaboración al Ayuntamiento porque necesitamos abordar con alguien esta problemática después de que nos lo negaran tanto el gobierno del Principado de Asturias como la anterior corporación municipal", relataba García. Actualmente la Asociación Contra el Acoso Escolar asegura que una de las instituciones con las que más colaboran es con el Conseyu de la Mocedá, que les ceden parte de sus instalaciones.

El menor al que se acaba de reconocer gracias a la labor de la letrada asturiana los tres años de "bullyng" sufridos debe también realizar tres meses de tareas socioeducativas.