Los trabajos de dragado que Armón realiza desde hace semanas frente a su astillero de la bahía gijonesa empiezan a causar problemas en el barrio de El Natahoyo. Los vecinos han denunciado ante la Autoridad Portuaria que "las voladuras son cada vez más fuertes" y los edificios próximos, especialmente los situados en la zona del Santa Olaya, ya se están resintiendo.

Aunque los responsables del puerto gijonés insisten en que las explosiones se mantienen dentro de los parámetros legales, el vecindario se declara "muy preocupado" por las consecuencias de las labores de dragado que Armón está llevando a cabo para ampliar el canal de entrada a su astillero. "Nos cuentan que los edificios tiemblan y que en algunas viviendas han empezado a aparecer grietas", alertaba ayer Álvaro Tuero, presidente de la asociación vecinal "Atalía".

Tuero se hacía así eco del malestar de unos vecinos que "están incluso dispuestos a llevar el tema a los juzgados" si no se toman medidas para suavizar "los problemas" derivados de las voladuras, imprescindibles para poder ampliar el calado en el acceso marítimo a las instalaciones de Armón. A sus quejas se suman las que la Coordinadora Ecoloxista d´Asturies también ha trasladado a la Autoridad Portuaria, institución responsable de la primera línea de costa.

"Este miércoles se produjo, de nuevo, la muerte de varias aves invernantes debido a una explosión submarina; en concreto, tres ejemplares de alca común", denunció el colectivo ecologista ante el Puerto y la Consejería de Agroganadería del Principado de Asturias. "Hay que recordar que el alca común está recogida en el Real Decreto para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas", precisa.

No es la primera denuncia de la Coordinadora desde que comenzaron las obras de dragado. Aunque "todavía no sabemos qué protocolos tienen para evitar daños al entorno antural, como se producen cada vez que realizan voladuras", critica este grupo ecologista, al tiempo que insta a las administraciones competentes a "exigir medidas preventivas ante la negligencia en las explosiones". Según ponen de manifiesto sus portavoces, "no vemos que la empresa haya modificado su forma de actuar; lo único que hace es recoger los cadáveres en el mar de las aves muertas".