"Indignados" por las "mentiras" del consejero de Sanidad, Faustino Blanco. Los 25 trabajadores afectados por el cierre del turno de tarde de la lavandería de Cabueñes, después de que la ropa del hospital de Avilés se haya derivado a una empresa privada de Cabezón de la Sal (Cantabria), no dan crédito alguno a las explicaciones del Consejero, ofrecidas ayer en el Pleno de la Junta a preguntas de la diputada del PP Victoria Delgado.

"Lo que ha dicho no es cierto", aseguran los trabajadores del centro hospitalario gijonés, algunos de los cuales acudieron ayer a la sesión plenaria. Y advierten: "lo que parece que pretende el Principado es el cierre de toda la lavandería de Cabueñes, y no sólo del turno de tarde". Porque, como indicó Faustino Blanco, sería necesaria una inversión de dos millones de euros para mejorar y modernizar las máquinas de lavado y planchado de Cabueñes. Para los trabajadores se trata de "una falsedad enorme", porque "las máquinas no son nuevas, pero tienen todas las certificaciones de calidad y hace un par de años la propia consejería las ponía como ejemplo de eficiencia". Y se preguntan en todo caso "por qué ese dinero no se invierte aquí para mantener los puestos de trabajo en lugar de pagarlo a una empresa privada de fuera de Asturias".

Una compañía, Indusal, que como la propia diputada Victoria Delgado insinuó "tiene un historial bastante oscuro", y en la que, como denuncian las trabajadoras gijonesas, "ya se han dado casos de denuncias por diferencias laborales por cuestión de sexo". De todos modos, como recalcan los empleados afectados por el cierre del segundo turno de la lavandería, "estamos hablando de menos de un céntimo de diferencia en los precios de lavado por kilo de ropa".

Con esa diferencia se ahorrarían, según señaló ayer el Consejero, 150.000 euros, una cifra "que no es cierta porque el Principado no cuenta con el IVA", aseguran los despedidos. Del mismo modo, Blanco señaló que "el 50 por ciento de los trabajadores ya han sido recolocados". Otra falsedad, según los empleados, porque como sostienen "sólo se ha recolocado a cuatro planchadoras y tres lavanderas, y se ha hecho para dar los descansos de fin de semana". Esto les supone "trabajar sólo dos días", mientras que el resto de empleados, hasta un total de 25 contando con el personal que daba descansos "no tienen nada".

Los afectados por la privatización de la limpieza de la ropa de Avilés denuncian que "esto no sólo nos toca a nosotros: también afecta a los mecánicos, los responsables de las calderas o los camioneros". Un reguero de trabajadores que se quedan sin empleo, como afeó Victoria Delgado a Blanco, a quien acusó de "tomar una decisión caprichosa y muy a la ligera". La diputada denunció la "incoherencia" de llevar la ropa a Cantabria y volver a traerla "para hacerle lo mismo que se hacía aquí".

Una decisión que, coinciden los trabajadores, "no nos cabe en la cabeza", y que, como indican, "nos tememos que no se quede aquí y la privatización continúe en los próximos meses". El Consejero, por su parte, asegura estar "muy preocupado" por los puestos de trabajo.