El juzgado de primera instancia número 6 de Gijón acaba de condenar a Caja España a devolver a un cliente los 50.000 euros que hace más de ocho años invirtió en preferentes. Los magistrados encargados del caso aseguran que el demandante -cliente del bufete gijonés Inclán Méndez-, firmó sin tener suficiente información para entender lo que significaba hacerse con un producto tan arriesgado. El abogado del afectado asegura que fue el subdirector de la oficina de la que eran clientes el demandante y su esposa el que les llamó ofreciéndoles un producto que definió como "muy bueno y seguro". Los problemas llegaron en noviembre de 2012, cuando el gijonés quiso recuperar el dinero y supo "que en realidad lo que había contratado era algo muy distinto de lo que pensaba".

El juez argumenta que la entidad bancaria "incumplió su deber de información" ya que sólo le dieron a su cliente un folleto en el que "ni siquiera se identificaban claramente los títulos" que el inversor estaba adquiriendo. "En el presente caso resulta patente el error en que incurrió el demandante cuando, queriendo contratar un producto sujeto a vencimiento que le permitiese disponer de su dinero cuando lo necesitase acabó involucrado de forma no deseada en el proceso de reestructuración de la entidad y en el canje obligatorio impuesto por el FROB (el denominado fondo para el rescate bancario)".

El magistrado encargado del caso asegura, por tanto, que se cometió un vicio que puede invalidar el contrato de adquisición de preferentes y por lo tanto obliga a la entidad demandada a devolverle a su cliente -siderúrgico de profesión-, los 50.000 euros que introdujo en el producto y a los que hay que sumar los intereses legales correspondientes.