"Yo no sabía que estaba ahí encima. Cuando sentí que empezaba a chillar me di cuenta y paré". De esta manera se defendía ayer ante el juez María Dolores M. G., la gijonesa acusada de circular cinco kilómetros con su cuñada subida encima de su coche. La imputada -para la que la acusación pide siete años de cárcel por un homicidio en grado de tentativa-, asegura que huyó de la finca familiar en la que había discutido con su hermano y con la víctima "presa de un miedo insoportable" y que fue precisamente ese temor a que sus familiares la agredieran lo que hizo que no se diera cuenta de que llevaba "pasajera".

La fiscal encargada del caso, que rebaja la petición de condena para la procesada a un año y medio de cárcel al calificar los hechos como una conducción temeraria, hizo ayer la misma pregunta cuatro veces durante el juicio. "¿En qué momento se dio cuenta de que llevaba a su cuñada en el techo?", inquirió el Ministerio Público. "Yo no veía sus piernas ni nada. Yo no quería matarla. Hice un stop y no se bajó", recalcó María Dolores M. G. La enemistad entre estas mujeres viene de lejos. Durante los últimos años, de hecho, ambas se han cruzado varias denuncias por discusiones que tienen el mismo denominador común: la posesión de una parcela de 25.000 metros cuadrados en Carreño.

María Dolores M. G. asegura que el día de autos se personó en la finca a primera hora de la mañana. "Fui con unos operarios para hacer unas obras, vi que estaba mi hermano y me marché", contó la acusada ante el tribunal de la Audiencia Provincial. Horas después aquel 18 de junio de 2010 Dolores volvió a la parcela y empezaron los problemas. "Me insultaron como posesos, vociferaron y me amenazaron con un hierro. Cuando mi cuñada se subió en el coche me pateó el techo y dio puñetazos. Yo estaba muy nerviosa porque llegó a meter la pierna dentro y a romperme la guantera", concluyó la gijonesa antes de que tomara la palabra la denunciante, una mujer que también se sentó en el banquillo como presunta responsable de los daños ocasionados al vehículo.

"Llamé a la Guardia Civil porque nos habían cortado la luz y yo no quería que ella se marchara, me puse delante del coche y como maniobró tuve que trepar para evitar unas zarzas", argumentó la víctima, aprovechando su declaración para contar como evitó caerse del vehículo. "Me tumbé en el techo y metí la mano por la rendija de la ventanilla. Al otro lado noté unas gomas y me sujeté. Veía el asfalto a mucha velocidad y no quería caerme porque iba en zig zag", manifestó la mujer haciendo hincapié en que desde el suceso ha tenido problemas psicológicos derivados de la publicación de la noticia en medios de comunicación "hasta de Ecuador". "Estoy orgullosa de mi nombre y de mis apellidos y me da pena salir así en la tele", manifestó. "Pegó dos frenazos para matarla", añadió el marido de esta gijonesa, ratificando su versión de los hechos.

Los peritos forenses que fueron llamados a declarar aseguraron que la víctima tenía "lesiones compatibles con el viaje encima del vehículo" y definieron lo sucedido como "la gota que colmó el vaso de las malas relaciones entre ambas". Durante la vista oral, el juez leyó el testimonio del ciudadano que obligó a frenar a la acusada al ver que circulaba con otra persona encima del coche y que no pudo ser localizado para la vista oral. "Observé un vehículo que llevaba una mujer gritando auxilio en el techo y tenía peligro de caerse por lo que me puse delante", contó ante el juez de instrucción poco después del suceso.