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Sinfónica oración

La OSPA y el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias conmueven al Jovellanos con un memorable "Elías" de Mendelssohn

La OSPA, durante la interpretación de ayer en el Jovellanos. Ángel González

El concierto de Semana Santa, "Elías" de Mendelssohn, se celebró anoche en el teatro Jovellanos ante un público que a todas luces va en aumento. Si en una de éstas el aforo se llena, habremos de pensar que la circunstancia responde a una alucinación -nunca tal se vio-, pero de cualquier forma siempre gozosa. Patrocinada por LA NUEVA ESPAÑA, la sesión resultó memorable, con los mejores efectivos del momento sobre el escenario. Tanto la orquesta, nuestra Sinfónica, nuestra OSPA, como el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias y los solistas tuvieron una sobresaliente actuación.

Tras el éxito obtenido por su anterior oratorio, "Paulus", a Mendelssohn le encargaron este "Elías" para estrenarlo en un festival de música, pero el compositor alemán dudó en escribirlo dada su precaria economía. Al fin, tras un exhaustivo trabajo logró estrenar la obra e incorporarla al rol de los grandes oratorios, firmados por Bach y Haendel. Tomando como libreto ciertos textos de la traducción de la Biblia efectuada por Martín Lutero, Mendelssohn estrenó su "Elías" en agosto de 1846, en Birmingham ante una audiencia de 2.000 personas. Él era el director. La larguísima aclamación le hizo muy feliz, pero su salud ya estaba resentida por el esfuerzo. Murió un año después con tan sólo 38 años.

Dicen que se negó a escribir una obertura, y en efecto la obra se inicia con el canto de Elías: "Vive Yavé, Dios de Israel a quién yo sirvo, que no habrá en estos años ni rocío ni lluvia sino por mi palabra". El barítono Hugh Russell ofreció una extraordinaria actuación, en el papel de Elías, el más largo y de más intenso contenido. De hermoso timbre, puso expresividad y pasión en sus intervenciones. Por su parte la mezzosoprano Margaret Mezzacappa, representando a la reina Jezabel, tan recordada y querida en Gijón por sus variadas actuaciones en el teatro Jovellanos, conserva íntegras sus virtudes vocales.

Muy bien la soprano Svetla Krasteva, en el papel de la mujer cuyo hijo muerto vuelve a la vida merced a la intervención de Elías. El tenor tinerfeño Agustín Prunell-Friend, pese a asumir el rol más corto del oratorio, brilló por su preciosa voz.

Punto y aparte merece el Coro de la Fundación. Hace tiempo que estamos totalmente entregados a sus perfectas actuaciones. Anoche, representando al pueblo de Israel, tuvo instantes de una belleza conmovedora, como el ofrecido en el segundo movimiento; junto a la orquesta lograron comunicar al público la emoción de sus angustias y oraciones.

Al final, la fuga del "amén" llena de fuerza y colorido, cierra del modo más espectacular y brillante este drama sacro que constituye en el mundo occidental, un clásico del tiempo de Semana Santa.

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