Euro a euro, moneda a moneda, el Puerto Deportivo vivió ayer un goteo continuo de solidaridad. Pese a la importante implicación de paseantes gijoneses y visitantes, los padres de Kike Gomes Brandi, el niño de 22 meses aquejado de esclerosis tuberosa, no lograron completar el kilómetro solidario situado en el paseo del muelle y que se fue rellenando de monedas de euro desde por la mañana hasta la noche. A la espera del recuento del dinero recaudado, Eva Brandi, madre de Kike, manifestó que "creemos que igual no vamos a cubrir la cirugía pero estaremos muy cerca".

A Kike le quedaban 30.000 euros para poder costear la operación para extirparle los dos tumores originados por su enfermedad en el cerebro y que le ocasionan graves ataques epilépticos, con ingresos continuos en el hospital. La cirugía, que se ha de realizar en una clínica privada de Barcelona, está presupuestada en casi 70.000 euros.

"No se completó el recorrido, pero la gente se iba acercando a la furgoneta y daban billetes o nos los daban en mano. Así que no sabemos cuánto habrá exactamente", explicaba Brandi. Además de contar las monedas depositadas en la cinta instalada desde la Antigua Rula hasta el espigón central de Fomento deberán de sumar lo obtenido en billetes, lo cual hace muy difícil estimar la cantidad total recaudada.

"Estamos igualmente satisfechos, aunque pensábamos que se iba a conseguir rellenar entero. Y muy agradecidos a la colaboración. Ver a los niños traer la hucha de casa...", proclamaba la madre de Kike, que también sufre problemas de psicomotricidad por los tumores de su cerebro.

"Había gente que no sabía nada y ponía un euro al leer el cartel. Pero los que venían porque sabían que era el evento, traían diez o veinte euros en monedas", contaba ayer Eva Brandi, que, por si hace falta un último empujón para obtener el dinero para costear la operación cuenta con balas en la recámara. "Tenemos pensado otro gran evento, pero vamos a esperar a ver cuánto falta. Además, hay casi tres camiones de tapones que se podrían vender, que también podrían servir", explicaba.

Kike Roces, de 13 años, y su amigo francés Thomas Nobileau, que está de intercambio en su casa, pusieron su granito de arena. "Vimos que era un kilómetro solidario y nos apeteció contribuir algo", explicaba Roces. "El concepto es asombroso", apostillaba su amigo galo. "Fíjate todo lo que hay que llenar para pagar una operación", le comentaba, a su vez, un padre a su hijo mientras paseaban tras poner su moneda.

Por la mañana, las donaciones fueron un goteo. "Me parece una buena iniciativa, a ver si conseguimos por fin el dinero para Kike", decía Merce González, acompañada de su marido, Fermín González. Su hija Iria, de dos años, fue quien depositó las monedas en el kilómetro solidario. "Esperemos que lo consigan porque Gijón está bastante involucrado con ellos", añadía Merce en referencia a la familia Gomes Brandi.

David Fernández, un niño de diez años que paseaba junto a su padre, se apeó de su bicicleta para colocar en la cinta diez monedas de euro. "Es para un niño enfermo y me parece bien ayudarlo. Igual lo llenamos", vaticinaba. Otros donantes, como Jordi, hacían un análisis más profundo. "Es triste que tengan que recurrir a esto para operar a su hijo por falta de ayudas", lamentaba.

Las aportaciones a la cinta que marcaba el recorrido se frenaron durante la hora de comer para luego repuntar a medida que avanzaba la tarde. De hecho, los voluntarios y familiares de Kike aguantaron hasta la noche dado que "la gente se estaba animando bastante".

Ahora les falta contar las monedas. El pequeño Kike ya echa cuentas. Está cerca de que le extirpen un gran sufrimiento.