Una junta general extraordinaria de accionistas, que se celebrará en Gijón el próximo 28 de noviembre, pondrá fin a 144 años de historia de la Fábrica de Mieres, la compañía minero siderúrgica fundada en 1870 por el francés Numa Guilhou, si bien no adoptó su denominación actual hasta 1.879.
La Fábrica de Mieres es una de las compañías industriales que está en los orígenes de la factoría siderúrgica de Veriña, hoy propiedad de ArcelorMittal. Fue una de las tres empresas, junto a la factoría de Duro Felguera en La Felguera y la Fábrica de Moreda que se fusionaron en 1966 para crear la Unión de Siderúrgicas Asturianas (Uninsa), con la construcción de nuevas instalaciones siderúrgicas en Veriña, que años después fueron absorbidas por Ensidesa.
La Fábrica de Mieres cesó su actividad industrial entre 1966 y 1967, con la entrega a Hunosa de sus minas (entre ellas los pozos Nicolasa, Barredo y Polio) y la aportación de sus activos siderúrgicos a Uninsa. Desde entonces la sociedad permaneció operando como una empresa patrimonial, gestionando bienes y propiedades que no estaban vinculados a la actividad fabril. Entre sus socios están miembros de las familias asturianas Pidal, Loring y Heredia, descendientes de Numa Guilhou y el grupo de accionistas catalanes que se incorporaron en los años 40 del siglo pasado, como las familias Roca, Palomé, Abad y torras y la astur-catalana Abaitua-Suñer.
El inicio del proceso de liquidación fue aprobado por una junta general de accionistas en junio de 2010, cuando a la sociedad sólo le quedaban dos propiedades. La última de ellas, la pequeña parcela del cementerio de La Rebollada, en la que se encuentra la tumba de Numa Guilhou. Este cementerio, ubicado frente al polígono industrial de Mieres que se levanta en los terrenos de la antigua siderúrgica, ha sido cedido a la Fundación Guilhou.
En la junta de accionistas del próximo 28 de noviembre los liquidadores propondrán la liquidación y extinción de la sociedad, además del proyecto de división entre los socios. Una vez aprobado este punto, sólo quedará remitir el acuerdo al Registro Mercantil de Asturias para que cierre la hoja de la sociedad.
La historia de esta empresa mierense está estrechamente ligada a Gijón y no sólo porque su punto final se vaya a certificar en la ciudad. Entre 1969 y 1984 más de 2.000 obreros de la factoría mierense fueron trasladados a la de Veriña. La mayoría de ellos se afincaron en los barrios de Nuevo Gijón y de La Calzada.
El mayor contingente, 1.500 trabajadores, se trasladó en 1971 coincidiendo con la entrada en funcionamiento de los dos hornos altos de Veriña. No fueron los primeros. Un contingente anterior ya había llegado a la ciudad en 1969 y 1970, aunque inicialmente comenzaron a trabajar en la Fábrica de Moreda hasta su integración en la de Veriña.
Una parte de las instalaciones fabriles de Mieres siguieron operativas hasta 1980, según recordaban ayer algunos de los que fueron trasladados entonces. Alrededor de 600 obreros se repartieron a partes iguales por las factorías de Ensidesa en Veriña y Avilés en aquella fecha. Los 300 que fueron enviados a Avilés iban con el compromiso de recolocación en Gijón en cuanto hubiese disponibilidad y de hecho aunque trabajaban en Avilés se trasladaron con sus familias a vivir a Gijón. Los últimos llegaron de Avilés a Veriña en 1984, con la apertura del tren de alambrón, según recordaba ayer uno de los que llegó en esa fecha.
La mayoría de los obreros de la Fábrica de Mieres que llegaron a Gijón ya no están en Veriña, al haberse jubilado o prejubilado y algunos fallecidos, como es el que fuera líder de MCA, Manuel Fernández "Lito" y del exconcejal Eleuterio Bayón. Apenas quedan menos de media docena en activo, según las mismas fuentes.
