Los propietarios de la popular quinta de los condes de Revillagigedo, en la parroquia de Deva, tienen en mente desarrollar en esa parcela un espacio de ocio y recreo con una nueva edificación que acoja bodas y eventos. Así se lo han comunicado al Ayuntamiento de Gijón en forma de consulta previa para ver qué posibilidades de encaje tiene ese proyecto en la normativa actual, al tratarse de una propiedad protegida por el Catálogo Urbanístico. La recepción de esa consulta fue comunicada ayer por la edil de Urbanismo, la forista Lucía García Serrano, al resto de los grupos municipales del Ayuntamiento en la Comisión municipal de Urbanismo a título de mera información. La propiedad sólo ha tramitado, por ahora, esta petición de información al Ayuntamiento.

La idea que se presenta al Ayuntamiento es actuar sobre 18.000 de los 260.000 metros cuadrados de la finca cuyo propietario inicial fuera Álvaro Armada Valdés (1817-1889), marqués de San Esteban del Mar y, por matrimonio, conde de Revillagigedo. El espacio de ocio estaría abierto a la organización de todo tipo de eventos, actos sociales y visitas a la propiedad. Pero la posibilidad de sacar adelante esta iniciativa no depende sólo del Ayuntamiento. El alto grado de protección de ese espacio en el nacimiento del río Peña Francia obliga a conseguir el visto bueno de casi una decena de organismos públicos. El actual Catálogo Urbanístico mantiene altos niveles de protección para el jardín como enclave ecológico pero además fija niveles de protección integral o ambiental para otros elementos del complejo: el palacete, dos viviendas tradicionales o la emita de la Virgen de la Peña de Francia.

Por otro lado, los grupos políticos analizaron las 38 enmiendas presentadas por la oposición (4 de IU, 10 del PSOE y 24 del PP) al proyecto normativo de la nueva ordenanza reguladora de la publicidad exterior. Tras las votaciones se dio el visto bueno a incorporar 25 enmiendas: 14 aprobadas por unanimidad y las otras 11 por mayoría. Queda el fleco de una enmienda del PSOE, cuyo debate se traslada al Pleno al no poder deshacerse el empate final en su votación. Los mayores debates se centraron en la posibilidad de concretar los usos publicitarios en los espacios protegidos de la ciudad. Otro ajuste tuvo que ver con limitar al 40% de la superficie total el espacio que se utilice para ubicar los anuncios de ventas y alquileres.