El Papa Francisco ha expulsado de la Iglesia Católica al sacerdote Jesús María Menéndez Suárez, conocido popularmente como el Padre Chus y al que el Vaticano acusa de abusar sexualmente de menores de edad. La decisión del Santo Padre -comunicada ayer por el Arzobispado de Oviedo-, es "irrevocable e inapelable". Estos mismos hechos de los que ahora se acusa al Padre Chus habían sido objeto de una investigación penal que en su día archivó el juzgado de instrucción número 4 de Gijón. El exsacerdote anunció ayer su intención de denunciar a la Santa Sede por intromisión al honor.

La expulsión de este cura gijonés llega después de que el Santo Padre considere probado que Jesús María Menéndez cometió los delitos por los que ya había sido suspendido cautelarmente hace varios meses: incumplir el sexto mandamiento que prohíbe cometer "actos impuros" y abusar de menores de 18 años. El Arzobispado asegura que una vez entrevistadas las víctimas y los testigos todos los datos se enviaron a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ambas instituciones eclesiásticas argumentan que durante la investigación se crearon "todas las condiciones jurídicas materiales y procesales para que, con absoluta imparcialidad y equidad, se pudiera comprobar la veracidad de los hechos alegados y para que se salvaguardara el derecho a la protección de las víctimas y la presunción de inocencia del acusado". El día 20 de febrero de este año la Congregación solicitó al Santo Padre la expulsión de Jesús María Menéndez Suárez.

El Arzobispado aprovechó ayer el comunicado en el que hacía pública la decisión del Vaticano para manifestar "su profundo dolor por unos delitos que han supuesto un daño enormemente lesivo tanto en personas adultas como especialmente en menores de edad por parte de quién ha manchado la santidad de su sacerdocio y ha roto la comunión". La Iglesia Católica concluye su escrito pidiendo perdón "por la conducta reprobable de este sacerdote".

Las palabras del Arzobispado de Oviedo recibieron una rápida respuesta por parte del Padre Chus. En un comunicado el exsacerdote y su abogado, Viliulfo Díaz, criticaron la "situación de indefensión absoluta" a la que, a su juicio, se sometió al ahora expulsado. Al Padre Chus "se le privó de la designación de un abogado defensor". "Los mismos hechos que ahora se publicitan fueron objeto de un proceso ante la jurisdicción penal, siendo archivados por su falta de veracidad, sin embargo, la justicia eclesiástica, a más de 5.000 kilómetros de distancia , ha decidido condenarle", se argumentó en el comunicado en el que además se criticó la falta "de caridad cristiana" de la Iglesia.

El Padre Chus asegura que al no aceptar la renuncia a su estado de sacerdote se vio sometido "a una persecución impropia". "Pecar no es un delito, todos somos pecadores", afirmó el sacerdote. Hace meses, en el momento de conocerse las primeras denuncias que ahora llevan a su expulsión de la Iglesia el Padre Chus se había limitado a decir que "no hay nada de menores y con adultos se relaciona uno como desea".

Jesús María Menéndez Suárez era hasta el momento de la suspensión cautelar, el cura de varias parroquias maliayesas entre las que se encontraban Tazones, Oles, Careñes o Castiello de la Marina. En algunas de estas parroquias los feligreses llegaron incluso a realizar manifestaciones para pedir la vuelta del cura, rechazando la veracidad de todas las acusaciones que pesaban sobre él.

Además en el momento en el que comenzaron las investigaciones al Padre Chus también se le apartó de la docencia como profesor en institutos como el Vallín, el Jimena o el Jovellanos. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias rechazó indemnizar al acerdote por su despedido de las aulas.