La corporación de prácticos de El Musel, los profesionales que suben a los barcos para guiar de manera segura a sus capitanes en las maniobras de entrada y salida de la dársena, considera que se ha incrementado el riesgo de accidentes en los barcos que estén fondeados frente al Puerto, esperando para entrar, al haber entregado la Autoridad Portuaria de Gijón el control del fondeo a Sasemar, la sociedad estatal de Salvamento y Seguridad Marítima.

Sasemar se hizo cargo ayer, día 1, del servicio de control de tráfico marítimo en el Puerto de Gijón, contratado por la Autoridad Portuaria por 250.000 euros anuales. Ese convenio ha levantado sarpullidos en a través de su federación estatal lo ha denunciado ante el Tribunal de la Competencia y ante el Tribunal de Cuentas.

Uno de los motivos del conflicto es que, según la Corporación, es que consideran que los técnicos de Sasemar en la práctica podrán tomar decisiones reservadas a la Autoridad. Algo que entre otras cosas puede, según opinan prácticos gijoneses, acarrear riesgo de accidentes en los barcos que esperan para entrar a puerto. Eso es porque las nuevas normas de seguridad en el acceso a El Musel, que se han elaborado sin contar con el criterio de los prácticos, permitirán que el encargado del servicio de control determine dónde debe echar el ancla un barco en el fondeadero des de El Musel. "Si un barco requiere el servicio de practicaje para fondear en la zona 2 del puerto, tienes que fondear en el punto que te ordene Gijón Tráfico", que es como se llama el servicio que gestiona desde ayer Sasemar, explica un práctico gijonés. Eso, agrega, significa en la práctica que "un señor que salió de la escuela anteayer, sin experiencia y detrás de una pantalla, me va a decir dónde tengo que fondear un barco, cuando soy yo quien sube al barco y tengo décadas de experiencia", lamentaba.

Desde la Corporación de Prácticos de Gijón también se indica que el servicio por el que el Musel paga ahora 250.000 euros anuales, "lo prestábamos antes nosotros de manera gratuita" y consideran que se trata de "una subvención encubierta" a Sasemar, promovida desde Puertos del Estado, pero que en la mayoría de las dársenas españolas se están resistiendo a aplicar.

En los puertos del resto de Europa "los servicios VTF (de control de tráfico) están participados por el servicio de practicaje, que es el que se está moviendo con los barcos", añade. Para financiar a Sasemar, en El Musel se multiplicó también por dos en 2013 "la tasa al buque en materia de señales marítimas", agregan las mismas fuentes.

La corporación de prácticos cuestiona "los protocolos" de seguridad recién aprobados para acceder a El Musel y apunta que no se contó con ellos para su elaboración, limitándose a pedirles su opinión cuando los mismos ya habían sido redactados después de varias reuniones.