El tiempo vuela y los acontecimientos políticos se suceden a velocidad de vértigo. Así ocurrió del mayo indignado del 15-M de 2011 a la primavera del cambio del 24-M de 2015, tal como relató el pasado lunes en el foro cultural del periódico el historiador y especialista en gestión cultural Diego Díaz. El también activista en movimientos sociales recordaba que "hace un año nos reuníamos en Oviedo con Ana Taboada, nuestra abogada, para hablar del futuro del centro social La Madreña; y hoy mismo nos hemos vuelto a reunir con ella pero para discutir el futuro de Oviedo, ciudad de la que va a ser la próxima alcaldesa".
Díaz, que fue presentado por Ovidio Rozada, directivo de la Sociedad Cultural Gijonesa, relató "la historia de un presente" , de "cuatro años vertiginosos en los que hubo momentos de euforia y de depresión". La historia de un movimiento, el de los indignados del 15-M"que descolocó a la izquierda tradicional y también a la alternativa" con una idea "muy progresista de la democracia".
"Con el 15-M emerge un nuevo sentido común. Se trata de un movimiento muy transversal, en el que confluía un poco de todo y que no se definía inicialmente de izquierdas, con un nuevo lenguaje, más inclusivo, que alcanzó una sorprendente simpatía popular", explicó durante su charla este historiador nacido en Oviedo en 1981.
Narró Diego Díaz cómo ese movimiento asambleario que ocupó las plazas principales de tantas ciudades españolas "vivió una metamorfosis cuando ya se estaba agotando, en 2012-2013, dando paso a plataformas muy activas", como Stop Desahucios, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), los proyectos autogestionados, el neoruralismo y finalmente las Mareas, en defensa de la sanidad y la educación, tras los recortes del Gobierno del PP. "En ese momento, el 15-M se transforma en un gran movimiento de protesta en la calle que pretende derribar al gobierno", relató el historiador, para quien la irrupción de los nuevos partidos políticos en la vida política española tras las elecciones del pasado mes es consecuencia de lo que Ovidio Rozada definió, en la presentación, como "una propuesta para recuperar la política para la ciudadanía".
