Lo subrayó el responsable del Club de Prensa de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, Luis Miguel Piñera. "Luchadores del ocaso. Represión, guerrilla y violencia política en la Asturias de la posguerra (1937-1952)", de reciente publicación por la editorial Trea, se ha convertido, desde su salida al público, en el libro de referencia sobre el asunto. Y Francisco Prado Alberdi, presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico e histórico de CC OO, fue aún un poco más allá: "Es el estudio definitivo". Su autor, el historiador Ramón García Piñeiro (Sotrondio, 1961), ha dedicado muchos años, más de una década, a meter en el telar de su exhaustiva investigación los complejos hilos de un proceso que duró quince años. "El fenómeno de los 'fugaos' afectó a toda Asturias", dijo.
Piñeiro, que es también director del IES "Galileo Galilei" de Navia y autor de numerosos trabajos sobre la resistencia al franquismo, incluida una biografía del jefe guerrillero Baldomero Fernández Ladreda, sintetizó las más de 1.200 páginas de su historia (hay unas 6.000 referencias): desde el final de la guerra en Asturias, con la caída en Gijón en 1937, hasta la muerte del último guerrillero en activo, Ramón González, abatido en una vivienda de La Camocha el 14 de octubre de 1952.
"Si en el título no utilice la palabra 'fugaos" para referirme a los guerrilleros fue porque ya lo había hecho en mi libro sobre Ladreda", señaló Piñeiro. Éste, según explicó Prado Allberdi, mantiene la tesis de que la resistencia armada de los huidos fue una fase más, y por otros medios, de las luchas obreras para recuperar las libertades democráticas. Un "hecho diferencial" asturiano es que implicó a toda la comunidad.
