La inauguración de "Kely, una vida pintada", exposición antológica de la pintora Kely Méndez Riestra, fallecida en diciembre de 2013, a los cincuenta y tres años de edad, abarrotó ayer las salas de la galería Gema Llamazares en un emocionado homenaje presidido por la admiración y el respeto a la artista desaparecida. "Su obra es una de las más innovadoras y reconocidas", afirmó la consejera de Cultura, Ana González, para quien la figura y trayectoria de Kely son un capítulo "ineludible" de la cultura asturiana del último cuarto de siglo.
Buena parte del mundo artístico asturiano se dio cita ayer en la sala Gema Llamazares, que ha querido recordar sus diez años de actividad con esta muestra dedicada a Kely. Era una de las pintoras de la galería. Su fallecimiento, doloroso pese a que era conocida la insidiosa enfermedad que sufría Kely, frustró los proyectos entre la artista y su galerista.
"Era honesta y generosa", rememoró Gema Llamazares, para quien Kely y su obra son, de alguna manera, un símbolo de lo que ha pretendido hacer con su sala de arte a lo largo de la última década. Elogió la "sencillez" de la pintora y tuvo palabras de afecto para quien, además de amiga, era una creadora de su interés, según explicó. La galerista agradeció los apoyos que ha encontrado en Alfonso Palacio, director del Museo de Bellas Artes, o en Rosina Gómez Baeza para organizar una muestra que recoge, a través de unos cuarenta cuadros, algunas de las más importantes etapas de Kely, así como la diversidad de un obra presidida por el rigor. Al acto acudieron también, entre otros, la presidenta de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, o Nicanor Fernández, director de la Fundación HC.
Emoción sumada a la emoción. Joaquín Junquera, viudo de Kely, habló en representación de la familia de la pintora. "Me ha dejado miles de momentos maravillosos", confesó, después de señalar, muy conmovido, la "sensibilidad, educación e inteligencia" que prodigó la artista a lo largo de su vida. Completó su intervención con un relato zen y el agradecimiento por una muestra antológica que ha sido posible por el apoyo de familiares de la artista y de varias instituciones.
La exposición ocupa todas las salas de la galería Gema Llamazares y ha sido comisariada por Rubén Suárez, crítico de arte de LA NUEVA ESPAÑA. Justificó el título de la muestra porque, según explicó, Kely hizo de su obra un correlato de su vida. "Tenía necesidad y capacidad de reinventarse", añadió.
