No hacer tratamientos intensivos de control de la diabetes en pacientes ancianos porque no está garantizado que mejoren la calidad de vida; no realizar citologías de cribado anualmente para detectar posibles casos de cáncer de cuello de útero; no realizar revisiones sistemáticas de salud (los populares chequeos) a personas que no tienen síntomas de enfermedad; no realizar por norma radiografías de pie y tobillo ante casos de esguinces y no pautar paracetamol en dosis de un gramo de forma habitual, ya que la dosis de 650 miligramos "es más segura e igual de eficaz".

Esas y otras diez recomendaciones más forman parte del nuevo paquete de "intervenciones innecesarias" identificado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. Intervenciones, recetas o derivaciones que deberían desaparecer de la práctica habitual de los médicos de familia.

Esas 15 recomendaciones -el año pasado ya hubo otras 15- se acaban de presentar en Gijón dentro del segundo documento "No hacer" elaborado por la SemFyc. Es con ese nombre como se conoce en España a una corriente de debate y de trabajo de las sociedades médicas que desde hace dos años -y replicando experiencias internacionales de mayor recorrido- busca reducir el peso que tienen en las consultas aquellas actuaciones médicas que nunca han demostrado su eficacia, porque tienen escasa o nula efectividad, porque no son coste-efectivas, e incluso porque pueden suponer un riesgo innecesario para el paciente.

"Son todas acciones frecuentísimas, de ahí el impacto de sugerir su inclusión en el proyecto 'No hacer'. El sentir general de todas las sociedades médicas internacionales, no solo entre los médicos de familia, es que hay que avanzar en estas recomendaciones que tienen que ver con la enorme medicalización de la vida", explicó Salvador Tranche, médico asturiano coordinador del grupo de trabajo de las recomendaciones "No hacer" en la Sociedad Española.

Tranche sostiene que inicialmente la línea de trabajo la abrieron los americanos "por las implicaciones económicas que tiene hacer una radiografía innecesaria, o una operación o una derivación al especialista cuando no debería hacerse". Un estudio inglés indica que limitar las pruebas innecesarias o las prescripciones inadecuadas pueden suponer un ahorro de más de 2.700 millones de euros. Pero con el tiempo, como sostiene Salvador Tranche, el proyecto ha dejado de lado el carácter económico para asentarse en la idea de que defender esas limitaciones es defender el "profesionalismo evitando procedimientos que no debieran de hacerse por su baja utilidad terapéutica o su riesgo asociado".

Y el riesgo es, precisamente, uno de los elementos que están detrás de la indicación de no pautar paracetamol (un medicamento con propiedades analgésicas y antipiréticas) en dosis de 1 gramo de forma sistemática. Porque se ha comprobado que "la dosis de 650 mg es capaz de proporcionar el mismo beneficio que la de 1 gramo, pero cuando se tienen en cuenta los posibles efectos indeseables (alteración enzimática, hepatitis aguda e inlcuso muerte), el balance beneficio riesgo es superior para la dosis de 650 mg", indican los médicos en el documento oficial. Además, muchos medicamentos combinados llevan asociado paracetamol en el mismo producto, lo que evitaría que se sumaran las dosis.

Por lo que respecta a otra medida de impacto como es que no se hagan radiografías por norma en caso de esguinces, desde la SemFyc se reconoce que "el esguince de tobillo es una de las lesiones articulares más frecuentes, pero menos del 15% de esas lesiones presentan una fractura ósea". Sólo en caso de que el paciente cumpla determinados criterios de dolor en puntos críticos o una incapacidad muy concreta para soportar peso se debería pedir una radiografía. Tranche reclamó que para poder trabajar en esta línea de "no hacer" el médico de Primaria "necesita un poco más de tiempo en las consultas, porque a muchos pacientes hay que convencerles de que no hacer una prueba o no enviarles a un especialista es lo que les conviene".