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Distinciones de la ciudad y otros actos en torno a la fiesta de San Pedro

Santaclara: "Una sociedad que rescata bancos en vez de náufragos es terrible"

El sacerdote diocesano recibe la medalla de plata de la ciudad, en nombre de Siloé, apelando a "ser más incisivos y combativos por la justicia social"

José Antonio Santaclara. MARCOS LEÓN

El sacerdote diocesano José Antonio García Santaclara recibirá el lunes, festividad de San Pedro, la medalla de plata de la ciudad. No lo hará en nombre propio, sino como representante de la entidad con la que se le identifica desde hace 25 años: la Fundación Siloé. Y será la suya, asegura, la "medalla crítica", aunque sólo sea porque quiere llevar al auditorio del teatro Jovellanos unos minutos de reflexión "sobre la humanidad, no sobre Siloé".

Quiere Santaclara hablar de "la justicia social, de la necesidad que hay en estas organizaciones del denominado 'tercer sector' (las ong y entidades sin ánimo de lucro) de ser más militantes, más combativos, más incisivos y menos tapagujeros, que es mal oficio", para provocar un cambio social. También quiere referirse a la vergüenza que da una sociedad "que rescata bancos pero no náufragos; es algo terrible".

Es Siloé una organización que centró su actividad en 1990 en la atención a enfermos terminales de sida, a los que daba ambiente de vida más digno que el que por entonces ofrecían las cárceles -en concreto de la de El Coto, de donde surge la iniciativa-. Además, Siloé integró la atención a menores asturianos en situación de gran vulnerabilidad -actividad que ya desarrollaban desde 1978 en la "Asociación Chavales"- y con el tiempo abrió otras dos líneas de trabajo enfocadas a personas con discapacidad intelectual y trastorno mental. Hoy son cerca de 60 las personas que trabajan en Siloé, además de una treintena de voluntarios, que reparten esfuerzos entre la atención a las 19 plazas siempre cubiertas de la casa de acogida de enfermos de Mareo y otros pisos tutelados, las 35 personas con trastorno mental severo que conviven en sus pisos tutelados o los cuatro centros de día y dos hogares para menores en grave riesgo de exclusión, donde se atiende a más de un centenar de niños y niñas.

Con todo ese bagaje, y con los 25 años de experiencia acumulada, García Santaclara se muestra agradecido de ver que "la ciudad que nos vio nacer, crecer y fructificar tiene este detalle; una medalla de la ciudad tiene un significado especial", cuenta. Renegando de todo lo que suponga ser "cazapremios", Santaclara considera que el homenaje de la festividad de San Pedro es síntoma de "esa ciudad abierta" que siempre ha sido Gijón, pero no lo considera ni mucho menos una meta. "Con una medalla y 25 años de trayectoria no llegamos a ningún sitio. Si acaso, nos compromete más a seguir, y quizá también a abrir al mundo nuestra vocación de servicio".

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