Presentación de la cosecha 2014 de sidra DOP

El marco para tal evento resulta incomparable como es de suponer, aunque la megafonía haya sido muy mala. Creo que no basta llegar y poner unos altavoces, habrá que ensayarlo antes.

Pero me voy a referir a dos cuestiones que creo son de importancia.

La primera es que no toda la sidra que se prueba es de la cosecha de 2014. La hay vieja, la hay nueva y la hay mezclada. Esto no se debe consentir. Si se prueba una cosecha no cabe cambiarla por otra, aunque sea con la finalidad de servir un mejor producto. Se debe probar lo que hay en esa cosecha. Que en la presentación oficial de la cosecha de 2014 se hagan estos trueques es de todo punto inadmisible.

La segunda cuestión es que ahora que se pretende otorgar título de sidrerías a determinados establecimientos hosteleros cumpliendo estrictas normas (para mi manera de ver, algunas impropias como el porcentaje de productos asturianos que hay que vender con la sidra, porque creo que nada tiene que ver vender buena sidra con carne de xata roxa o centollu del Cantábrico; piensen que en la presentación de esta cosecha se nos sirvió jamón Mangalica, que bien debiera haber sido de gochu celta), normas entre las que lógicamente se destaca la del escanciado, allí ese aspecto se desatendió. En la presentación oficial de la sidra DOP no se cumple con este requisito del correcto escanciado. Es verdad que casi todos los llagares despachan la sidra con buenos escanciadores, pero algunos no y otros empiezan con un escanciador bueno para acto seguido continuar con un "azotador" o un "vendedor de corbatas", que resulta deplorable. Es inadmisible que el Consejo Regulador de la Sidra DOP sea tan exigente para los demás y tan permisivo para sí mismo.

Cabe esperar que en futuras ediciones sean buenos escanciadores los que sirvan la sidra y sea ésta de la propia cosecha. El jamón, a ser posible, de gochu celta. Y la megafonía, que se escuche.