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Una ilustradora de cuento

La gijonesa Almudena Cardeñoso ha sido elegida para crear las imágenes de la reedición de una novela clásica

Almudena Cardeñoso muestra su trabajo en la novela "Valancy Stirling o el Castillo Azul". JUAN PLAZA

Una afición temprana, estimulada por el hecho de vivir rodeada del trabajo de su abuelo en la vetusta litografía Viña ha llevado a Almudena Cardeñoso Viña a hacerse un hueco en el panorama de la ilustración de novela. La gijonesa, criada entre planchas y tintas, acaba de elaborar los dibujos que ilustran la reedición del libro "Valancy Stirling o el El Castillo Azul", de Lucy Maud Montgomery (la escritora canadiense creadora de la serie de novelas infantiles "Ana, la de Tejas Verdes").

El trabajo, por encargo de la editorial asturiana "DÉpoca", ha consistido en la realización de una serie de láminas para dar vida a las andanzas de Valancy Stirling, ambientada en el siglo XIX. "Ha supuesto un buen trabajo de documentación, pero el resultado ha merecido la pena", asegura Almudena Cardeñoso, con el objetivo de "seguir trabajando en el campo de la ilustración de novela clásica, porque es apasionante". La obra se presentó en la última edición de la Feria del Libro de Madrid y crítica y acogida del público han sido "muy buenas, porque la edición es muy cuidada". A las ilustraciones de la gijonesa se suma, como regalo con el libro, una colección de las láminas.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Bilbao, hasta ahora había realizado trabajos como freelance, así como un blog relacionado con el mundo de la literatura "desde el que me empecé a poner en contacto con editoriales y creadores", señala, en un mundo, el de la ilustración, en el que "hay mucha competencia y es complicado hacerse un hueco, hay poca gente que pueda vivir profesionalmente de ello".

A través del blog le llegó el contacto con "DÉpoca", una editorial regional especializada en la edición de clásicos "con mucho mimo, cuidando mucho cada detalle". Su trabajo como ilustradora encajó en el encargo y ahora sus acuarelas se pueden admirar en las páginas de la obra, que "espero que no sea la última", bromea la joven, que tuvo que "probar mucho trabajar mucho el producto para que cumpliera con las expectativas".

De momento parece que las ha alcanzado sin problema, y aspira, desde su estudio en Gijón, a sesguir dando vida a las historias con las que soñaba de niña.

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