"-¿Se acercó usted al domicilio de su expareja después de que se le impusiera la orden de alejamiento?

-No.

-¿Introdujo usted un sobre bajo la puerta de la peluquería de su expareja?

-No".

El exfutbolista del Sporting, Zaragoza y Tenerife Juan Castaño Quirós, Juanele, fue ayer rotundo en su declaración ante el magistrado del juzgado de lo penal número 1 de Gijón. El exdeportista negó a preguntas del fiscal encargado del caso haberle dejado, el pasado día 20, una carta a su exnovia en la peluquería que la denunciante regenta en la avenida de Galicia. La víctima, por su parte, ofreció una versión completamente distinta de lo sucedido. La abogada de Ana Belén Espinosa solicitó al tribunal una condena de un año de cárcel para Castaño Quirós, por violar la orden de alejamiento impuesta por un tribunal para evitar que el exfutbolista -condenado el día 19 a cuatro meses de cárcel por agredir con un bate de béisbol a su expareja-, pudiera volver a acercarse a la denunciante.

"Esa carta se la envié hace tres meses. Después de que lo dejáramos. Ese fin de semana no salí de Roces para nada, estuve todo el rato con mi hija", afirmó Juanele. El abogado del acusado, Guillermo Calvo, acusó a la denunciante de montarle "una encerrona" al exfutbolista. "En el manuscrito que aporta la acusación se puede leer que Juanele dice que la ruptura es reciente, en ningún momento se hace referencia a hechos que acabasen de ocurrir, no tiene sentido", enfatizó el letrado.

Ana Belén Espinosa, por su parte, aseguró que sus amigos fueron los primeros en avisar de que algo iba mal el viernes día 19. "Me dijeron que le habían visto merodeando por una sidrería de mi zona, poco después de que yo viera que me habían roto el limpiaparabrisas de mi coche", afirmó la denunciante ante el tribunal reconociendo, además, que ninguno de sus amigos avisó a la Policía Nacional de la violación de la orden de alejamiento a pesar del violento episodio protagonizado por Juanele apenas unos días antes. "Estoy segura de que era él pero no llamamos porque ella no nos había dicho que tuviera miedo", reconoció una vecina de La Calzada llamada a declarar como testigo.

Después de ver los daños que había en su coche Ana Belén Espinosa se dirigió a su peluquería. Fue entonces cuando, según su testimonio, encontró la carta que acreditaría la violación de la orden de alejamiento que impedía a Juanele acercarse a su negocio. La gijonesa se fue después a una espicha "que habíamos cerrado hace mucho tiempo". Cinco horas después del hallazgo acudió a Comisaría para denunciar.

Ante el tribunal tuvo que declarar ayer la hija de Juanele. La adolescente, de 16 años, ratificó que había pasado todo el fin de semana con su padre. "Esa noche vimos un rato la tele con mi prima y luego nos fuimos a dormir. No salió de casa en toda la noche porque yo lo hubiera escuchado", aseguró la joven.

El fiscal pide una condena de 10 meses de cárcel para el exfutbolista. El día 19 de junio otro juzgado, en este caso el penal número 2, condenó a Castaño Quirós a una pena de cinco meses de prisión por un delito de violencia de género. La juez rechazó que la bipolaridad del acusado sea eximente y acusó al exfutbolista de saber que el alcohol y la falta de medicación "agudizan sus males". A pesar de todo la magistrada María León aceptó sustituir la pena de prisión por un control médico psiquiátrico a mantener durante los próximos tres años, una medida más adecuada para "el interés de la víctima y en general, de la sociedad", aseguró la juzgadora. La magistrada tuvo en cuenta que el procesado padece "una patología dual con la coexistencia de trastorno por dependencia a alcohol y trastorno de la personalidad de inestabilidad emocional de tipo impulsivo y trastorno bipolar confirmado en el año 2007".

Juanele ya permaneció en la prisión de Villabona poco más de tres meses en el año 2011. El exfutbolista acabó entre rejas tras ser condenado en dos ocasiones por una trifulca en un bar y por pincharle las ruedas al coche de un directivo del Grupo que había confundido con el de su expareja.